(Foto: Presidencia)
(Foto: Presidencia)

La marcha del 19 está cobrando forma y sobre todo se está incentivando una participación activa. Más que por el trabajo de los organizadores, es por el miedo que tiene el gobierno y las torpezas que han cometido políticamente, como el nombramiento de la exministra en Essalud.

Súmenle los errados mensajes políticos emitidos por el premier Otárola, quien ha pretendido relacionar la movilización con una organización de Sendero Luminoso poniendo a la ‘camarada Vilma’ como si fuera promotora de la protesta. Lo que ha generado esta fake news es que los sectores radicales se empoderen y convoquen.

El Congreso no se ha quedado atrás; al contrario, ha seguido mostrando su desprecio por el país y ha continuado desacreditando la imagen institucional del Parlamento. Ahora tienen casi el rechazo total de la población; con los blindajes asquerosos a los ‘Niños’ y a los ‘mochasueldos’ han llevado la indignación al límite.

Súmenle lo que han hecho con las reformas del transporte, de la Sunedu, y ahora que pretenden tumbarse la figura de la colaboración eficaz para buscar impunidad de los mismos congresistas. Todas estas trapacerías han motivado la indignación de muchos sectores que veían de reojo la participación en la movilización y ahora se han convencido de que es importante participar.

Entonces, se va configurando un espacio para la legítima protesta ciudadana, que ha utilizado el contrasentido de la estrategia que viene de Palacio, de querer desacreditar y menguar la protesta. Si la presidenta Boluarte no se da cuenta de que equivocadamente han abordado la problemática de la conflictividad y de las negligencias que comete el premier, podríamos avizorar que la protesta pueda revertirse en el gobierno, porque las manifestaciones ya no serían solo en el sur, sino en varias regiones y en Lima.

Además, se va armando el ambiente para una movilización mayor si se vienen activando otros sectores que no tienen nada que ver con los objetivos de la marcha del 19 de julio; está el paro de los transportistas del mercado mayorista y la protesta de los estudiantes en San Marcos, donde quisieron evitar manifestaciones suspendiendo las clases presenciales, pero ha sido un craso error porque ha generado un efecto inverso, confirmando nuestra tesis.