Personas frente a los cuerpos de palestinos muertos después de que un ataque golpeara el hospital Ahli Arab en el centro de Gaza, el 17 de octubre de 2023. (Foto de Dawood NEMER / AFP).
Personas frente a los cuerpos de palestinos muertos después de que un ataque golpeara el hospital Ahli Arab en el centro de Gaza, el 17 de octubre de 2023. (Foto de Dawood NEMER / AFP).

Dicen que la primera víctima de las guerras es la verdad y esa es la realidad que se está viviendo hoy con el conflicto israelí-palestino. Para el martes intensificaron los bombardeos israelíes en Gaza, explotando una bomba en el Hospital Bautista Al Ahli, atiborrado de pacientes y sobre todo refugiados palestinos, entre niños, bebés, mujeres y ancianos.

Es un crimen de guerra, desde todo punto de vista, inclusive que está establecido en el Convenio de Ginebra de 1949, relativo a la protección debida de las personas civiles en tiempo de guerra.

Pero la noticia es la negación de la responsabilidad de Israel de este bombardeo, después que medios oficiales se pronunciaron triunfantes de las acciones militares de la aviación israelí, acusando a Hamás del disparo fallido de un rocket —misil casero— que por el azar cayó en el Hospital Al Ahli. Medios importantes del mundo como la BBC, El País, Le Monde, CNN, NYT, informaron la noticia del demencial ataque israelí.

Que quede zanjado que Hamás es un grupo terrorista, capaz de cometer crímenes indescriptibles y tiene que recibir la condena mundial, pero esto no exime la violencia desencadenada por la armada israelí que ha estado bombardeando indiscriminadamente a población civil de Gaza.

Es una obligación moral condenar los crímenes de guerra de Israel, que tiene el aval del poder mundial que encubre los crímenes cometidos por el Gobierno de Netanyahu, expresarlo no te hace antisemita y menos que estés avalando a grupos terroristas.

Porque mañana podrían arrojar una bomba atómica en Gaza y lo más probable será que los negacionistas responsabilicen a los terroristas, otros dirán que hay que verificar, otros acusarán a Hamás y habrá seguro otro sector cínico que justificará porque se cumplió el objetivo de eliminar a Hamás.

La realidad es que atacaron un hospital y la negación del crimen nos recuerda uno de los episodios más sangrientos de ajusticiamiento a población civil palestina, sucedido el 15 de septiembre de 1982 en el campo de refugiados de Sabra y Chatila, en el Líbano, donde asesinaron a más de 2,400 civiles, con el pretexto de localizar a fedayines de la OLP y hasta el día de hoy siguen negando la intervención de Israel.

Si no, recuerden que después del salvaje bombardeo de Gernika, el dictador Franco tuvo la osadía de acusar de la destrucción a un incendio republicano.

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