[OPINIÓN] Julio César Uribe: Aquí nadie se rinde

En todo lo que significaba la previa ante Bolivia, se había observado un optimismo que se había perdido ante el resultado de los partidos anteriores.

Se justificaba ese optimismo porque, después de defender y defender, se planteaba —nuevamente— un sistema de defensa, sí, pero esta vez a partir de la recuperación del balón. Es decir, tratando de conectar mejor y atacar. Ataque, bendita palabra que tanta falta nos hace.

Las imágenes nos mostraban que Bolivia no tenía argumentos técnicos suficientes como para hacernos un gol. Pero tenía un espíritu diferente… Este aspecto fundamental lo llevó a conseguir un triunfo de 2-0 que, en realidad, no hacía justicia al desarrollo del juego.

Resulta frustrante que la buena intención en lo nominal no nos haya dado la razón en lo sustancial. Así sucedió en ese minuto 44 del primer tiempo, tras centro de López que cabecea Lapadula al lugar donde se encontraba ubicado el portero boliviano.

El desempeño fue poco para la confianza que nos generaba la alineación. En el segundo tiempo perdimos la oportunidad de empatar el juego a través de Reyna, que, siendo bien habilitado por Quispe, se tomó un tiempo más de lo que demandaba la finalización.

No tenemos otra opción: toca levantarse contra Venezuela. En el ínterin hay un acontecimiento para reflexionar: Berizzo, director técnico de la selección chilena, renunció al interpretar que había fallado a los objetivos comprometidos (Chile tiene 5 puntos en la tabla de posiciones). Nuestro respetado Juan Máximo Reynoso tiene 1 punto y expresa que tiene contrato toda la eliminatoria… En estos casos, aplicando la experiencia, la respuesta inteligente habría sido “mi cargo siempre está a disposición de la decisión dirigencial”. Sea como fuere, ¡VAMOS MUCHACHOS, A LEVANTARSE!