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[Opinión] Joaquín Rey: El camino correcto
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Esta semana tuvimos una buena noticia en el ámbito de la educación superior. La Universidad Nacional San Luis Gonzaga de Ica consiguió el licenciamiento de la Superintendencia Nacional de Educación (Sunedu) luego de que este le fuera denegado en octubre de 2019. En ese entonces, la casa de estudios no pudo acreditar el cumplimiento de las Condiciones Básicas de Calidad establecidas para continuar operando. Igual situación experimentaron otras 48 universidades.
Este hecho es importante por dos motivos. Primero, da un ejemplo de cuál debería ser el camino a seguir por las universidades denegadas. Mientras que diversos mercachifles de la educación han tenido como única estrategia el petardeo de la reforma y de la Sunedu a través de operadores políticos y campañas mediáticas, lo que la San Luis Gonzaga ha hecho es más bien destinar esfuerzos y recursos a elevar su nivel. Es decir, mejorar su juego en lugar de irse contra el árbitro.
Lo segundo es que este hecho nos recuerda el verdadero sentido de la reforma universitaria aprobada en 2014. Esta política nunca ha tenido como objetivo cerrar universidades, sino más bien mejorar la calidad de la educación superior en el Perú. Hoy no hay duda de que se ha avanzado en ese objetivo, a través de incentivos para la mejora de la plana docente, oferta pedagógica, infraestructura y tecnología.
Lejos de lo que quieren hacernos creer los enemigos de la reforma, las exigencias de la Sunedu en ningún modo han sido leoninas o desmedidas. Basta revisar el detalle de las Condiciones Básicas de Calidad para constatar que lo establecido es un piso mínimo, todavía muy lejano del ideal. También es de notar que las universidades recibieron plazos holgados, extensiones y segundas oportunidades para asegurar una implementación gradual y razonable. Por ello no debe sorprender que las instituciones licenciadas casi dupliquen en número a las no licenciadas. Hoy queda claro que las universidades denegadas llegaron a ese punto por la sencilla razón de que nunca estuvieron dispuestas a sacrificar un sol de su renta para elevar su calidad.
Este hito llega en un momento particularmente duro para la reforma universitaria. Como hemos alertado, la próxima semana el Pleno del Congreso debatirá dos peligrosos proyectos de ley vinculados a la Sunedu. Particularmente preocupante es el que busca volver al modelo de la nefasta Asamblea Nacional de Rectores (ANR), en la que las universidades eran al mismo tiempo reguladores y reguladas. Su aprobación sería un misil contra la calidad de la educación superior en el Perú.
Espero que el licenciamiento de la San Luis Gonzaga recuerde a nuestros legisladores el verdadero sentido de la reforma universitaria, y espero que el compromiso con nuestros jóvenes pese más que los vínculos clientelares con grupos económicos inescrupulosos.
CODA: En esta semana en que se ha discutido tanto sobre el valor de la libertad de prensa a raíz de la absurda sentencia contra el periodista Christopher Acosta, cabe recordar –otro– compromiso no honrado de Pedro Castillo. En su reunión con un grupo de periodistas en Palacio el pasado diciembre, el presidente ofreció que empezaría a ofrecer entrevistas a inicios de 2022. ¿Por qué la demora? La lista de materias sobre las que los ciudadanos esperamos respuestas es extensa.
Si todos nos indignamos por la afrenta al periodismo libre vista esta semana, también deberíamos hacerlo por un presidente incapaz de responder a la prensa.
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