Lo segundo es que este hecho nos recuerda el verdadero sentido de la reforma universitaria aprobada en 2014. Esta política nunca ha tenido como objetivo cerrar universidades, sino más bien mejorar la calidad de la educación superior en el Perú. Hoy no hay duda de que se ha avanzado en ese objetivo, a través de incentivos para la mejora de la plana docente, oferta pedagógica, infraestructura y tecnología.