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[Opinión] Hugo Palma: Nuestro Norte es el Sur

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(Foto: César Campos/Grupo El Comercio)
Fecha Actualización
Lo dijo Hugo Chávez. Y millones de latinoamericanos siguen esperando mesías en alfombras voladoras. Como el Norte es el Sur, sobrevivimos de cabeza, caóticos, pobres y desconcertados mientras la región acelera su carrera hacia la irrelevancia.
Pero Chávez realizó su sueño: regalar Venezuela a Fidel Castro, porque le hacía cosquillas en la barriguita. Su paraíso está ahí y no hay pobres en un país rico. Todos son millonarios por los ceros del papel Bolívar, aunque no den para comer. Millones han huido del país, como de Cuba y Nicaragua, porque, siendo neoliberales, no quieren compartir su opulencia con “el pueblo”.
A lo nuestro. El programa de gobierno señala que la inseguridad ciudadana se debe a la economía neoliberal, que produce pobres que delinquen. Entonces, cuando el comunismo se consolide, no habrá delincuentes porque “la propiedad es un robo”.
Antes de “jurar”, el ministro del Interior exhorta a los cocaleros a “cuadrar” al presidente. Asumiendo, ordena parar la erradicación de sembríos ilegales, el 95% de la coca que “será industrializada”, aunque ya lo es. Desautorizado por la presidenta del Consejo de Ministros– el de la República es inubicable cuando debe decidir–, pide no ser “tan semántico, tan literal”. Léase, los peruanos no entendemos cuando se habla claro. Nombrado por “conocer el sector”, su problema es que el sector lo conoce tan bien que sus miembros se angustian pensando cómo cumplir su deber patriótico, cuando este incluye vigilar e investigar a su jefe, socios y al partido de gobierno. Hagamos conciencia de la compleja situación de nuestras Policía Nacional y Fuerzas Armadas.
El Ministro de Re-educación es óptimo para su tarea: liquidar la meritocracia magisterial y sus logros e iniciar el acondicionamiento mental y moral de niños y jóvenes, para que sirvan al proyecto político que no admite dejar el poder; conduciéndolos al activismo propio de dictaduras de todo pelaje. Al extremo y más allá de inculcar odio, resentimiento y admiración a la fuerza, no puede excluirse su encuadramiento para acciones violentas y tareas personalizadas como denunciar amigos y familiares por “enemigos del pueblo”.
El 12 de octubre, la presidenta del Consejo dice que se inició la “heroica resistencia ante la colonización” de la que “somos producto y debemos superar en memoria de nuestros antepasados y raíces culturales”. Tal “colonización” (se sugiere, como al presidente, visitar el Congo) fue apoyada por millones de pobladores en el continente, que querían librarse de sus gobiernos “de turno”. ¿Cómo superar “lo que somos” si antepasados y cultura provienen de varios mundos? ¿Abandonamos el español, cambiamos nombres, usamos chaquitacllas? Por favor, haga un DNA a todo peruano y después veremos.
En este octubre milagroso, roguemos que el Norte retorne a su lugar y entendamos que hay cosas que funcionan y otras que no funcionan. ¿Importando los paraísos cubano, venezolano, nicaragüense y los ya próximos boliviano y argentino, el pueblo peruano que somos todos tendrá la felicidad que prometen los gobernantes? La estupidez, dijo Einstein, es hacer las mismas cosas y esperar resultados diferentes. ¿No debemos los peruanos actuar en consecuencia?
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