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[Opinión] Hugo Palma: No manosear a las Fuerzas Armadas ni a la Policía Nacional
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“No reconozco otro caudillo que la Constitución” dijo el Gran Almirante Grau que como Bolognesi no morirán mientras vivan en el corazón de todo peruano que no tenga el alma podrida.
Oscuros presagios amenazan al Perú y su pueblo con un partido elegido que no muestra credenciales democráticas. Cualquier Manual de Aspirante a Dictador incluye someter a las Fuerzas del Estado, pues el poder ilimitado necesita usar brutalmente la fuerza. Las versiones latinoamericanas son numerosas y portan nombres infames.
Las fuerzas intervinieron reiteradamente en política sin sanción efectiva. Pero hace tres décadas, el sometimiento de comandantes generales y oficiales acarreó deshonra institucional, procesos judiciales y numerosas y largas condenas.
En la retorcida “estrategia” del comunismo maquillado, indultar al delincuente Antauro Humala ofrecería hoy dos valiosas herramientas: “maneja” a los reservistas y sus “promocionales” ocupan altos cargos en el Ejército. También pretenden que ronderos asuman la seguridad ciudadana.
El propósito real es neutralizar a las fuerzas estatales, no necesariamente desaparecerlas, y crear otras para el control social de la población. Son calcos de los comités de defensa cubanos, las milicias y colectivos venezolanos y el lumpen nicaragüense que, con fuerzas armadas compradas, mantienen indefinidamente envejecidos regímenes dictatoriales y corruptos a cambio de impunidad para robar, explotar y hasta matar ciudadanos. Ya está en marcha el propósito de cambiar radicalmente las vinculaciones externas del Perú, acercándolas a regímenes autoritarios y violadores de derechos humanos.
Pretender que habría oficiales dispuestos a participar en proyectos autoritarios a cambio de “licencias para delinquir” y que los reservistas serán “manejados” por un delincuente, son insultos a las Fuerzas Armadas y Policía Nacional y a quienes sirvieron antes con honor, hasta entregando vidas y salud. Saben que “obediencia debida” no es cumplir órdenes “sin dudas ni murmuraciones” sino la observancia de su absoluta legalidad y legitimidad. Tampoco será “asunto nacional”. ¿No es obvio que el gobierno cubano maneja las Fuerzas Armadas Bolivarianas, servicios de inteligencia y actúa en otros gobiernos “hermanos”?
Nuestras fuerzas armadas, policiales y servicios de inteligencia, no serán “manejados” por cubanos ni venezolanos. Si alguien osara, cometerá delitos de función, corrupción y traición a la Patria. Ningún soldado, policía u oficial deshonrará la memoria de los héroes que admiramos y veneramos por entregar vida y salud defendiendo la Patria y sus hijos.
“Eterna vigilancia es el precio de la libertad” sentenció Jefferson. Ningún gobierno debe intentar manosear las Fuerzas del Estado en su provecho. Y son responsables, de esta vigilancia, las instituciones armadas, pero también todo ciudadano, con o sin uniforme, que no acepte vivir en tiranía.
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