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[Opinión] Felipe Morris: No pequemos de optimistas
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Difícil no escribir sobre el reciente autogolpe fallido a pocos días de su ocurrencia. Este golpe de Estado fue una idea absurda de Castillo y de los que lo ayudaron a perpetrarlo. Esperemos que en los siguientes días se confirme quiénes fueron, para que les caiga todo el peso de la ley. Lo bueno es que nos permitió librarnos de la gavilla de delincuentes que nos gobernaba, pero seguimos secuestrados por un Congreso impopular que no nos representa y con un gobierno que la tendrá muy difícil, enfrentando manifestaciones violentas azuzadas por la izquierda radical. Tiene que empezar por actuar con firmeza para poner orden en el país.
Aunque muchos desean que el gobierno se consolide en el poder, esto será bastante complicado sin un acuerdo consensuado sobre una agenda nacional, empezando por una reforma política y electoral y un cronograma para un adelanto de las elecciones. La presidenta acaba de proponer adelantarlas para abril de 2024 luego de que se implementen dichas reformas. Muy acertada propuesta, ya que difícilmente podría quedarse hasta 2026 en un país que exige “que se vayan todos”. Asimismo, sería un suicidio nuevas elecciones sin reformas previas ya que terminaríamos en lo mismo. Se ha nombrado un nuevo gabinete que tiene un sesgo tecnócrata, con algunas personas valiosas, pero eso no alcanza sin apoyo popular y congresal. Además, carece de experiencia política.
La presidenta pidió una tregua a los políticos y a la prensa, pero también la requiere de la población. Tampoco le será fácil restablecer la confianza de los empresarios para animarlos a invertir, particularmente porque no es clara su posición sobre el rol del Estado y del sector privado. Difícil olvidar sus posiciones y declaraciones incendiarias sobre la minería y el sector empresarial en discursos previos. El gobierno debe trabajar para minimizar los conflictos sociales reforzando sus capacidades, aumentar la competitividad de la economía y mejorar la gestión pública para una mejor prestación de servicios. Esto último requiere una purga de todos los ineptos y corruptos que han ingresado al Estado y tratar de recuperar el talento perdido.
Si bien la presidenta tiene experiencia de gobierno al haber participado en varios gabinetes de Castillo, evidentemente esta no fue buena, ya que formó parte de gabinetes mediocres, liderados por personas sin las capacidades para ejercer dicha función y con resultados paupérrimos. Su paso por el gobierno le debe haber enseñado lo que no se debe hacer, pero eso es insuficiente. Necesita rodearse de personas que conozcan los problemas de cada sector y lo que se requiere para resolverlos; y aclarar su posición sobre una serie de temas críticos para nuestro desarrollo. No tiene margen para ponerse a aprender.
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