[OPINIÓN] Ed Málaga: “Que paguen los malos partidos”. (Foto: Congreso de la República)
[OPINIÓN] Ed Málaga: “Que paguen los malos partidos”. (Foto: Congreso de la República)

El Congreso resulta blanco fácil de ataques y críticas debido en parte al desconocimiento general de las funciones y atribuciones del Parlamento; pero por lo general, el rechazo está plenamente justificado y responde a la conducta reprobable de congresistas y sus bancadas. Así, hoy tenemos a muchos parlamentarios señalados por vender sus votos, ser cómplices del golpe de Estado, hacer mal uso de los recursos y las prerrogativas del cargo, plagiar tesis, recortar sueldos y hasta agredir sexualmente a sus trabajadores, sin olvidar el reciente incidente de la fiesta mortal con personajes de cuestionable decencia. Por su parte, las bancadas aumentan el hartazgo y descontento popular al utilizar la fuerza de sus votos, más para favorecer sus intereses e ideologías, que para buscar el bien común. Ejemplos hay muchos, pero destacan la contrarreforma educativa y los retrocesos en la lucha contra las economías ilegales, así como los blindajes y la aprobación de leyes populistas.

Los medios investigan y denuncian con toda razón, pero también caen en la generalización y la noticia fácil, contribuyendo a una espiral de desaprobación que engulle a la institución del Congreso en su totalidad. Con ello, se pierde de vista a los grandes responsables de esta crisis de representación: los partidos políticos. Hasta hace unas décadas, el elector tenía cuatro o cinco opciones claramente reconocibles por sus ideologías y propuestas, es decir, sabía por qué votaba. Hoy, más de una veintena de partidos no hacen más que responder a los caprichos de sus dueños, sin la más mínima visión de país. Y lo que es más grave: le imponen al elector una pésima oferta de candidatos, seleccionados por cualquier criterio, menos por su capacidad e idoneidad.

Por ello, los partidos políticos deberían asumir el costo de la degradación del Congreso, mediante sanciones de efecto inmediato como perder curules, comisiones, votos, y hasta un lugar en la Mesa Directiva.

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David Tuesta

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