PUBLICIDAD
[OPINIÓN] César Luna Victoria: “Dos que comienzan en la eme”
“Para Milei, todo está mal, la Argentina es una mierda y la culpa la tiene la casta de los políticos. Ahora necesita los votos de esa casta para ganar”.
Imagen
Fecha Actualización
Diane Morgan hace de periodista en La Tierra según Philomena Cunk (BBC 2022), un falso documental que revisa la historia de la civilización. Ella aparenta estar mal informada, provoca con preguntas absurdas o capciosas, pero logra que miremos la historia con otros ojos. Comenta, por ejemplo, que los griegos inventaron cosas que todavía existen, como el aceite de oliva, y cosas que ya no existen, como la democracia y las columnas de sus templos. Lo cierto es que los griegos, a punta de filosofía, imaginaron cosas que se descubrirían miles de años después. Por ejemplo, en el 400 a.C., Demócrito concibió que el universo estaba formado por átomos, minúsculos e indivisibles, que flotaban en el vacío y que debían unirse para formar la materia. Recién en 1808, John Dalton probaría que el átomo existía y en 1944 Lisa Meitner y Otto Hahn probarían que se podía dividir, descubriendo de paso que en esa división se liberaba una energía enorme, que permitió en 1945 a Robert Oppenheimer armar la bomba atómica. Por ese trabajo, a Hahn le dieron el Nobel de Química, pero a Meitner no. Fue nominada 19 veces al Nobel de Química y otras 29 al Nobel de Física; tampoco los ganó. Era mujer y judía. Si el átomo era indivisible, hay otros materiales que se dividen fácilmente. Si la división es irregular, se dice que hay una fractura; pero si la división es regular, como en algunos cristales que se dividen en láminas o micas, se dice que tienen clivaje.
La palabra clivaje ha saltado a la Ciencia Política para referirse a la separación entre defensores o adversarios de un tema. Una evidencia de los mayores problemas políticos en el Perú es que la escisión se produce justo en la mitad; se ganan las elecciones por décimas de punto porcentual. Lo sufrió Pedro Pablo Kuczynski cuando, en la calentura de la segunda vuelta de 2016 contra Keiko Fujimori, proclamó eso de “… hijo de ratero es ratero también, de tal palo tal astilla”; y el día de las elecciones decide si para presidente “…quieres tenerme a mí, o quieres tener a la heredera de un tipo que está en la cárcel”. Injurias de calibre contra Keiko, complacientes con la izquierda para ganar, pero no para gobernar. Kuczynski renunciaría a los 20 meses. Algo parecido pasa en la región. En España, la derecha liberal del PP está más cerca de la izquierda democrática del PSOE. Deberían entenderse en una alternancia democrática. Pero no. Para armar gobierno, el PP ha buscado a la ultraderecha de VOX, mientras que el PSOE ha buscado a la ultraizquierda de SUMAR. En vez de tirar hacia el centro, se han ido a los extremos. Aun así, no les alcanza. Necesitan los votos de los partidos independentistas del País Vasco y de Cataluña. Serán las minorías separatistas las que manden.
Mientras tanto, en Argentina, el liberal Javier Milei creyó poder tener más de 45% para ganar en primera vuelta, pero solo obtuvo 30%. Al frente, el peronista Sergio Massa se colocó primero con 36%. Los dos irán a segunda vuelta. ¿Qué pasó? Para Milei, todo está mal, la Argentina es una mierda y la culpa la tiene la casta de los políticos. Ahora necesita los votos de esa casta para ganar. En cambio, Massa ha sido más mesurado, eliminó todos los símbolos peronistas, usó como color el celeste de la bandera y contestó: tenemos problemas económicos, pero la Argentina no es una mierda. Massa propone un gobierno de concordia, Milei uno de confrontación. El proyecto de Massa incrementa el gasto social sin mayores ingresos y quiebra las finanzas públicas con más déficit y deuda; en cambio, el de Milei reduce gasto y ordena las finanzas. Pero está visto que en las elecciones no se debaten programas, sino que se deben ganar sentimientos, para ir más allá de la mitad. A Massa le será más fácil encantar a la gente; veremos qué pasa. Reflexión final: los programas de gobierno no solo deben ser técnicamente impecables, hay que comunicarlos mejor, para que, a pesar de los sacrificios que exijan, siempre haya esperanza. Total, uno no debería ser gobierno solo para gobernar, sino para que la gente viva feliz.
VIDEO RECOMENDADO
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD