(Foto: Twitter Pedro Castillo)
(Foto: Twitter Pedro Castillo)

Los audios entre Bruno Pacheco y Zamir Villaverde no hacen sino comprobar que lo que asumió el mando del país el 28 de julio de 2021 no es un gobierno sino una organización criminal.

Según el diccionario de la RAE, una organización criminal es una “agrupación formada por más de dos personas con carácter estable o por tiempo indefinido, que de manera concertada y coordinada se reparten diversas tareas o funciones con el fin de cometer delitos”. La conversación entre Pacheco y Villaverde describen precisamente eso.

Para la UNICRI de Naciones Unidas, existen varios tipos de organizaciones criminales: las hay con un liderazgo central y vertical, con un mando por región y un líder principal, con un número reducido de miembros que dirigen la organización de manera colegiada y también la unión de varios grupos criminales y las decisiones se toman entre los líderes de esos grupos.

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Es este último tipo de organización el que existe en el Ejecutivo actualmente. No cabe duda de que las reuniones entre Pedro Castillo y Vladimir Cerrón son los más importantes cónclaves donde se decide el reparto de las entidades públicas y las distintas porciones del poder para que cada grupo lleve adelante sus actividades delictivas.

Es la primera vez que tenemos un régimen así, comparable al de Maduro en Venezuela. Pero también es la primera vez que vemos una tolerancia al escándalo tan grande en la opinión pública.

Lo único que nos puede librar de estas mafias en el corto plazo es la calle, como ocurrió en la Marcha de los 4 Suyos o en las protestas contra el gobierno de Manuel Merino, y eso pasa por nuevos liderazgos con capacidad de convocatoria que todavía no vemos en el horizonte.

Lea mañana a: Hugo Perea

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