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[OPINIÓN] Andrés Romaña: “Un lastre para la derecha llamado fujimorismo”

Cuando ganó Kuczynski con un programa absolutamente liberal, se le petardeó desde el Congreso de mayoría naranja. Ese Congreso le abrió las puertas a Castillo en la huelga de 2017 y complotó junto a Vizcarra.

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[OPINIÓN] Andrés Romaña: “Un lastre para la derecha llamado fujimorismo”. (Imagen: Andina)
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Desde hace unos meses, Keiko Fujimori se encuentra más activa que nunca en redes sociales. Primero publicó un video que puso sobre la mesa el debate sobre medicamentos genéricos. Luego, subió un video sobre la reforma del sistema privado de pensiones.
Parece ser que el fujimorismo está en campaña y su estrategia ya no es hablar del PBI, crecimiento, política macroeconómica, sino de los problemas del día al día de los ciudadanos. Es decir, un nuevo “Honradez, tecnología y trabajo”.
Pero no solo la lideresa de Fuerza Popular, sino también Alberto Fujimori arrancó una campaña para narrar, con sus propias palabras, hechos de su gobierno como el fujishock y la Operación Chavín de Huántar.
Ambos parecen tener un objetivo político hacia 2026 (o antes). Una lista encabezada por Fujimori al Senado y Keiko a la Presidencia no sería descabellada. Pocos saben que Fujimori postuló al Senado en 1990 y no salió.
Sin embargo, el fujimorismo ha sido un lastre para la derecha en el país. Cuando ganó Kuczynski con un programa absolutamente liberal, se le petardeó desde el Congreso de mayoría naranja. Ese Congreso le abrió las puertas a Castillo en la huelga de 2017 y complotó junto a Vizcarra.
Lo único que ha hecho el fujimorismo es vanagloriarse de los logros de los 90 y buscar llegar a Palacio dividiendo a la derecha y alejando al centro. Es decir, dejándole el camino libre a la izquierda. Porque Fuerza Popular tiene los votos para pasar a segunda vuelta, pero no para ganar. Es el perro del hortelano: no gana ni deja ganar a otras derechas.
El fujimorismo debería reconocer que su ambición presidencial solo divide más al país, beneficiando a sectores de izquierda populista. Por ello, debería priorizar consolidarse solamente como bancada fuerte, al menos en las siguientes elecciones que hay mucho en juego.