/getHTML/media/1238511
Lo último del paro de Transportistas
/getHTML/media/1238503
Rubén Vargas sobre inseguridad: "Se necesita inteligencia no estado de emergencia"
/getHTML/media/1238497
Gilmer Meza de Sutep Lima: "Ministro de Educación -Morgan Quero- debería de renunciar"
/getHTML/media/1238485
Alfonso Bustamante CONFIEP sobre inseguridad: "No hay liderazgo, hay ineficiencia"
/getHTML/media/1238306
Mariana Costa de Laboratoria habla sobre sus encuentros Obama y Zuckerberg en La del Estribo
/getHTML/media/1238304
Los mejores libros del siglo XXI según The New York Times | Biblioteca de Fuego
/getHTML/media/1238303
¿Cementos y fútbol femenino? Gabriel Barrio de Unacem en Marcas y Mercados
/getHTML/media/1238207
118 mujeres han sido víctimas de feminicidio en lo que va de 2024
/getHTML/media/1238198
Lo último: allanan la casa de 'Chibolín'
/getHTML/media/1237508
Hugo de Zela sobre viaje a EE.UU.: "Se intentó explicar al Congreso, pero Dina no quiso"
/getHTML/media/1237506
Abraham Levy: "Hay mucho desinterés sobre los incendios forestales"
/getHTML/media/1237484
Darío Sztajnszrajber, filósofo: "Aprendamos a vivir el amor también con sus sombras"
PUBLICIDAD

[OPINIÓN] Andrés Balta: “Apatía no, rebeldía”

“Los contribuyentes podemos plantear una rebelión fiscal porque nadie paga impuestos para que los despilfarren en ‘filtraciones’ dolosas o culposas”.

Imagen
Fecha Actualización
La estatal Petroperú nos debe doler, pero es hora que deje de hacerlo. Las cifras más recientes y desastrosas de esa compañía y su dato más delirante nos rompen el bolsillo de un arañón y duele como tres patadas a cada uno de nuestros hijos. Estos me los brindó un ciudadano doliente y luchador instándonos a no destinar ni un centavo y ni un segundo más a esta estatal muerta desde siempre, embalsamada en la corrupción del Estado y momificada en la desvergüenza del uso irresponsable de nuestro dinero. Aquí están los números: US$823 millones de pérdida solo en 2023; su refinería de Talara inicialmente presupuestada en US$1,500 millones viene costándonos US$5,539 millones que —más intereses— supera largamente los US$6,000 millones; y, finalmente, de insultantes pedidos de rescates por miles de millones de dólares.
Con el dinero de la refinería se hubiese podido hacer una superautopista Tumbes - Tacna. Para que tengamos ideas de la magnitud del derroche, una superautopista sobre el mar entre Dinamarca y Suecia, que incluye túnel submarino, isla artificial, kilómetros de puentes sobre el mar y tren de alta velocidad costó US$4,300 millones y, sin ir muy lejos, la refinería privada de Repsol en la Pampilla se modernizó con US$800 millones, ninguno de los cuales pagamos los contribuyentes del Perú.
Esto nos tiene que doler y dejar de doler. No podemos quedarnos apáticos frente a este asalto. Hay que enterrar a la difunta de siempre. La fiesta, el trago y la droga de los rescates nunca más. El Estado nos las debe. Los contribuyentes podemos plantear una rebelión fiscal porque nadie paga impuestos para que los despilfarren en “filtraciones” dolosas o culposas. Ese dinero le pertenece a la nación y aquí no puede haber apatía. Solo rebeldía.
Perú21 ePaper, ingresa aquí y pruébalo gratis.
VIDEO RECOMENDADO
TAGS RELACIONADOS