[Opinión] Aldo Mariátegui: Recuerden: 2’724,752, 8’836,380 Y 112,671

Dos números tenemos que inscribir en piedra para que nos queden en la cabeza eternamente: 2'724,752 y 8'836,380. Tales fueron el número de votos que recibió Castillo en primera y segunda vuelta respectivamente. Y son ciertamente dos números muy útiles. Nos dicen, con bastante aproximación, con cuántos débiles mentales contamos en el país. De hecho, mucho peores aún en capacidades intelectuales fueron los poco más de seis millones que se unieron a los que votaron así en la primera vuelta. En los primeros se puede argumentar que han sido víctimas de la anemia infantil, la falta de proteínas, la ignorancia, el abandono, de tener profesores del nivel de Castillo, etc., pero los segundos votaron sabiendo perfectamente que elegían a un ignorante sideral, rodeado de gente igual o peor que él en cuanto a limitaciones, y que ponían a su país y su situación personal y familiar en peligro al votar tan irresponsablemente, guiados básicamente por sus pasiones antes que por la razón. No tienen perdón alguno por eso. Les han hecho un daño terrible y gratuito a los demás y a su país.

Por eso, hacer un examen de cociente intelectual (IQ, que mide la inteligencia) es facilísimo en el Perú: basta preguntar si se votó por Castillo en segunda vuelta. Una respuesta afirmativa indicará que el examinado tiene menos de 85 puntos y anda del “normal inferior” (85-70) para abajo. Esa investigación, incluso, se puede complementar con preguntas como “¿aprueba Ud. la gestión de Castillo?” o “¿cree Ud. que Castillo debe seguir gobernando hasta 2026?”. Respuestas positivas –en estos momentos– a esas dos preguntas ya situarán al “individuo control” entre los 70 y 55 puntos o “discapacidad cognitiva leve”.

Dos subgéneros aparte son aquellos que votaron por Castillo perteneciendo a la comunidad científica (o sea, son sabios en conocimientos, pero imbéciles en actitud), y aquellos que sufragaron por el chotano viviendo en el exterior (112,671 votos). Estos últimos son simplemente unos desalmados.