-Aparte de no ser precisamente una lumbrera en Derecho Constitucional (me dicen que ha heredado a todos los asesores rojimios de Eloy Espinoza y de Marianella Ledezsma y solo les sigue la cuerda), hizo muy mal el magistrado TC Monteagudo en salir así a criticar en público y en esa tónica confrontacional a sus demás colegas. No solo por ser de mal gusto, sino porque abre fisuras innecesariamente en el TC y envenena el ambiente de trabajo. Seguramente Monteagudo lo ha hecho por agradar a la caviarada —él mismo es muy admirador de Mitterrand— y porque posiblemente también tenga futuras aspiraciones políticas. Pero existen mil formas más elegantes y discretas de marcar distancias de los fallos de los demás magistrados que prestarse a ser una portada de Mohme y un arma de ataque de los caviares. Raro porque a Monteagudo se le apreciaba mucho por su don de gentes y tacto, pero la política pervierte.

-Mucha inquietud entre militares políticos chilenos por los acuerdos secretos entre Bolivia e Irán. Es que el segundo es un país muy agresivo e impredecible, por lo que incomoda tenerlo activo en el vecindario. Como en el Perú vivimos en otra dimensión, a nadie le ha preocupado el asunto. Ni siquiera a Torre Tagle o al Pentagonito.

-El Ministerio de Cultura anunció ayer que despilfarrará S/27 millones este año en ese derrame cerebral masivo que tan generosamente algunos denominan “cine peruano”. De esos, S/11 millones serán reservados para “cine afro” y “cine indígena”. No solo hay que desaparecer esos subsidios para financiar bodrios delirantes, sino también al mismo Mincul. Habría que importar la motosierra de Milei.

-Leo unas notas recientes en dos medios (Caretas y Expreso) y examino las intervenciones fiscales contra periodistas críticos de ella —como Tafur y Briceño, acusados ambos de integrar una organización criminal— y ya entiendo por qué ahora apodan “Malita Barreto” a la fiscal Marita Barreto en el MP. ¡La señora sí que es dura!

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