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[Opinión] Aldo Mariátegui: Antes se llamaban “James”. Ahora “Harold”
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Escribo estas líneas sin que todavía el Congreso haya decidido si un ministro con fuertes indicios de pasado senderista continuará en su cargo. A pesar de que algunos han intentado presentar esto como un pecadillo de juventud o como algo muy lejano, la sola sospecha de haber pertenecido alguna vez a la banda criminal que más peruanos mató en nuestra historia descalifica a cualquiera para ser ministro.
Y este no es un juicio penal donde hay que probar todo para determinar la inocencia. Este es un acto político en donde solo hacen falta rastros y suspicacias para que el Legislativo le diga al Ejecutivo que determinado ministro se tiene que ir porque a los representantes de la ciudadanía no les merece ninguna garantía moral. Nada más. Y vamos entonces a ver si nuestros congresistas van a actuar como tales o van a ser unas gallinas que van a amilanarse ante las matonerías de Bellido. Vamos a ver finalmente si Acuña y APP valen alguito más de lo poco que ya sabemos que valen, lo mismo que ese ectoplasma actual llamado Acción Popular, si de verdad existe todavía como grupo político y no se ha olvidado la valentía del “manguerazo” de 1956. También veremos si Castillo no engañó a los congresistas cuando les aseguró que no habría cuestión de confianza. Se merecería que le vaquen inmediatamente si es que falta a su palabra.
PD: Antes los mayordomos de las películas inglesas se llamaban invariablemente “James” y servían whisky a tipos elegantes, con sombreros hongos. Los tiempos han cambiado; ahora se llaman “Harold” y sirven cañazo a personajillos de sombreros inmensos. Observar al embajador Forsyth meterse a defender al gobierno sobre Camisea, un tema tan ajeno a sus funciones, me hizo dudar sobre cómo calificarle... ¿Paje? ¿Espolique? ¿Lacayo? ¿Sirviente? ¿Criado? ¿Doméstico? ¿Fámulo? ¿Siervo? ¿Ilota? Pobrecillo. ¡De verdad, qué pobre hombre!
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