Expo Groomers 2018: El torneo de estilistas caninos llega a Perú. (USI)
Expo Groomers 2018: El torneo de estilistas caninos llega a Perú. (USI)

¡Un perro! ¿Cuántas veces hemos escuchado a un niño pidiendo un perro como regalo? La mayor parte del tiempo, hacemos de oídos sordos hasta que, en un momento de debilidad, compramos uno costoso, fino (mínimo Kennel Club) y delicado. Suficientemente distinguido como para ser visto paseando por el parque o participando en un concurso. Eso al niño le importa un comino; él solo quiere un animalito que lo acompañe, que juegue, sea sano y cariñoso. Para eso, está la opción de adoptar un perro; el que quieras: cachorro y juguetón o adulto y tranquilo; de pelo largo o corto; negro, marrón, blanco, o con pintas; grande, pequeño o mediano (en esto te puedes llevar sorpresas; si quieres uno pequeño, no creas en el que parece “medianito”).

Pero este regalo conlleva responsabilidad con él y consideración con el prójimo: recoge lo que hace tu perro, no tienes derecho a dejar heces para que otros se embarren con ella (estoy hablando literalmente y cualquiera que quiera interpretar esto como una metáfora de la labor congresal... podría acertar).

Y, ya que pensamos en el prójimo y las épocas no están para gastar, hay mucho que puedes ofrecer: no toques bocina, salvo una emergencia, el chofer delante de ti tiene la música a todo volumen; quien sufrirá será el indefenso peatón que pasa por allí.

Y en el mismo rubro, considera que el taxista de ventana abierta que se cruza lleva horas trabajando en el tráfico y calor infernales.

En esta Navidad, atrévete a dar y a enseñar a hacerlo: ese juguete puede costar lo mismo que la operación que un niño requiere, o varios días de alimentación de una familia.

Dar puede ser hasta un acto de egoísmo cuando te das cuenta de cuánto placer genera.

TAGS RELACIONADOS