Susana Villarán cumple 18 meses de prisión preventiva en el penal Anexo Mujeres de Chorrillos desde el último miércoles 15. (Foto: GEC)
Susana Villarán cumple 18 meses de prisión preventiva en el penal Anexo Mujeres de Chorrillos desde el último miércoles 15. (Foto: GEC)

Las declaraciones de Susana Villarán, en las que reconoce haber recibido dinero de Odebrecht y OAS, han puesto en riesgo el crecimiento de la red vial mediante el sistema de concesiones. Perú necesita carreteras; Lima, mejorar infraestructura de transporte. Estas las puede construir el Gobierno mediante obra pública financiada por los contribuyentes, usuarios o no de las vías, o con concesiones que pagan, a través de un peaje, quienes las usan. Lo segundo parece más adecuado.

El reconocimiento de que las concesionarias financiaron campañas obliga a cuestionar si las condiciones de las concesiones fueron justas o permitieron a las empresas ganancias extraordinarias debido a negociaciones en las que los “favores” a las autoridades debían retribuirse. Esto sería más fácil si se hubiera mantenido al operador, pero se complica cuando este vendió su participación a un tercero que no sabía que estaba comprando un problema.

A los usuarios les es fácil exigir la eliminación del peaje. Sin embargo, en más de un caso, la constructora corrupta vendió su parte a un tercero que debía brindar el servicio y cobrar el peaje para recuperar su inversión. Tal es el caso del fondo canadiense que compró Rutas de Lima y que tenía previsto finalizar la Ramiro Prialé.

Lima necesita las vías concesionadas y necesitará más. El alcalde Muñoz tiene un desafío que deseamos que supere, asegurando el crecimiento y mantenimiento de las vías. Y eso requiere dinero público o peaje: cuestión de elegir.

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