[Opinión] Mónica Delta: (DES)Barranzuela

Un pasito para adelante y varios pasotes para atrás. Pedro Castillo, aunque tardó 69 días en tomar la decisión, fue acertado al despedir al insostenible Bellido y reemplazarlo por Mirtha Vásquez, una política con convicciones ideológicas de izquierda radical, pero con formas democráticas y convicción institucional. Punto a su favor. El dólar, con la oficialización de Velarde en el BCR, ha comenzado a bajar y eso da cierta tranquilidad a los mercados. Punto también.

Sin embargo, esa cuota de poder de la que habla Cerrón en su airado tuit, tras el cambio de gabinete, ha recaído en su abogado, por lo menos hasta el día de su juramentación, Luis Barranzuela, hoy titular del Interior. De abogado a ministro en 24 horas. Hoy, jefe político de la Policía Nacional del Perú, nada menos. Pero eso no es todo. El propio Barranzuela, en un “raptus” de sinceridad, dijo en una entrevista que el partido Perú Libre lo había puesto, no el presidente, lo que es peor. Pero hay más. Las investigaciones periodísticas han puesto en evidencia que fue destituido de la PNP por actos leves y graves de indisciplina (158) con el grado de mayor.

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Barranzuela, abogado de profesión, deja su cargo en la defensa de Cerrón y compañía solo para ocupar el cargo de ministro. No deja de defender al secretario general de Perú Libre, sentenciado por corrupción y hoy investigado como líder de una presunta organización criminal por considerarlo culpable, sino para dirigir una de las carteras claves del país, como es la del Interior, por donde pasa mucha información sensible, de inteligencia, y donde se determinan los procesos de captura.

El conflicto de interés es evidente. Ahora mismo, cinco prófugos, cercanos a Cerrón, deben ser ubicados y detenidos por la Policía tras la prisión preventiva determinada por el juez a cargo del caso Dinámicos del Centro. Además de su evidente intención de dejar la erradicación de cultivos de coca ilegales. La primera ministra debe presentarse en el Congreso para conseguir la investidura. Barranzuela no debería llegar a esa fecha. Está en sus manos convencer al presidente sobre la necesidad de cambiarlo de inmediato.