Votu cruzado

Durante la semana causó gran ruido y debate el lanzamiento de la herramienta digital Votu. A través de un cuestionario basado en los planes de gobierno de los partidos, Votu le proporciona al usuario un resultado final que le dice cuál es el plan de gobierno con el que más coincide. Luego de algunas horas de ser lanzado, Votu era calificado como una herramienta subrepticia del Partido Morado para salir de la zona de descenso. En redes, los seguidores de los partidos supuestamente perjudicados, atacaban “ad hominem” a los creadores de Votu, y se sugería hasta una especie de conspiración.

Mientras Porkylover, Verolovers y Guzmanlovers se rasgaban las vestiduras, muchos otros se cuestionaban respecto a la disonancia cognitiva entre el resultado del cuestionario y su intención de voto. Votu nos enrostró a muchos lo que ya sabíamos desde siempre: votamos por personajes, ni siquiera por personas o por las trayectorias de estas. Nos enternece un personaje vinculado a Bugs Bunny, a pesar de su discurso totalitario o su preocupante manejo emocional. Apostamos por un arquero que le dicen “Ken”, pero que sabemos no trata bien a las Barbies, y pasó desapercibido cuando fue alcalde.

Como ya se dijo, esto no es novedad. Escasos son aquellos que leen un plan de gobierno y apuestan por ello. Más aun si vemos la historia, y ejemplos como los de Fujimori en las elecciones del 90 o Humala en las del 2010, quienes, como otros, hicieron casi todo lo contrario a lo que propusieron en campaña.

Iniciativas como Votu deben ser mejoradas, replicadas y masificadas, pues ayudan a dejar el lastre de votar por personajes y no por personas y sus ideas. El empoderamiento ciudadano a través de las Tecnología de Información y Comunicación (TICs) son un paso esperanzador, pensando en un electorado futuro alejado de Barbies y Petunias, y centrado en propuestas basadas en evidencias.