La tarea de predecir qué va a suceder en el verano es muy compleja, advierte el columnista. (Foto: Andina)
La tarea de predecir qué va a suceder en el verano es muy compleja, advierte el columnista. (Foto: Andina)

Esta columna está dedicada a nuestros científicos que tienen la delicada tarea de emitir el pronóstico oficial del ENFEN. Cuando uno lee en las redes o en los propios medios informativos que aún sobreviven al irremediable dominio de la comunicación vía streaming; pocos se detienen a pensar qué hay detrás de los pronósticos que cada 15 días el ENFEN nos presenta.

ENFEN es el único ente competente global para pronosticar lo que sucederá en la región del océano Pacífico llamada Región Niño 1+2 que, establecida tras el fenómeno de El Niño de 1982-1983, se ubica frente al norte de Perú hasta la línea ecuatorial y determina los impactos que nos dejan El Niño y La Niña Costeros. Nadie más en el mundo tiene esa responsabilidad.

Cierto es que distintos modelos climáticos ya anticipan eventualmente escenarios que –en general– indicarían que el pico del calentamiento de El Niño Costero está en curso y puede durar algunas pocas semanas. Pero la certidumbre de estas herramientas es imprecisa. Sobre todo a mediano y largo plazo.

Por ello la tarea de predecir qué va a suceder en el verano es muy compleja. El calentamiento de la costa peruana se alimenta en este momento del arribo de agua caliente bajo la superficie procedente del Pacífico Central que seguirá durante algunas pocas semanas hasta que termine de emerger la última onda kelvin cálida que lo refuerza. Ella se espera en algún momento entre julio y agosto. También se alimenta el calentamiento costero de la manifiesta debilidad –hasta ahora– del sistema de vientos del llamado Anticiclón del Pacífico Sur que no está teniendo ni la fuerza, ni la ubicación, propias para enfriar nuestro mar.

Ahora bien, hace 45 días que no se produce una nueva onda kelvin cálida por la falta de acoplamiento o interacción del océano y la atmósfera donde se desarrolla El Niño que es imperativa para su crecimiento y que hoy apenas se distingue. Por el contrario, una onda kelvin fría está desarrollándose debajo del Pacífico Central y llegará tras los últimos impactos de la próxima y última onda kelvin cálida en camino.

Si no vemos más ondas kelvin cálidas relevantes formarse en julio, entonces ya no habrá refuerzo para El Niño Costero hasta por lo menos el tránsito entre octubre y noviembre, si y solo si, se forma una relevante onda cálida en agosto.

Si bien es cierto ENFEN espera un Niño Costero moderado a débil en verano; el hecho de que sea moderado sería perjudicial si el Niño Global que tiene dificultades en su desarrollo, termina siendo débil como también ENFEN espera. La razón del perjuicio: la zona más cálida del Pacífico terminará frente a nuestras costas y eso significaría lluvias. Si por el contrario ambos eventos llegan débiles habremos sorteado el riesgo mayor en la costa.

Un mensaje de aliento al ENFEN desde estas líneas. Mucha responsabilidad y poco reconocimiento.