PUBLICIDAD
Operación limpieza
El gobierno ha hecho bien en deshacerse de los prefectos designados por la gestión de Pedro Castillo, la mayoría los cuales, por no decir todos, se dedicaron única y exclusivamente a funcionar como corifeos de aquello que se orquestaba desde Palacio.
Imagen
Fecha Actualización
El gobierno ha hecho bien en deshacerse de los prefectos designados por la gestión de Pedro Castillo, la mayoría los cuales, por no decir todos, se dedicaron única y exclusivamente a funcionar como corifeos de aquello que se orquestaba desde Palacio.
Su tarea, mientras Castillo se mantuvo en la Presidencia, era confrontar y dividir a la población y luego, cuando este fue destituido por su patético intento de dar un golpe de Estado, se dedicaron a azuzar a “las masas” durante los desórdenes callejeros de días pasados.
Entre el domingo y el martes el Ejecutivo ha retirado de sus cargos a más de 1,300 subprefectos distritales. Días antes había hecho lo propio con los provinciales y regionales. El premier ha anunciado que todos serán reemplazados por gente idónea y reconocida en su comunidad, como debió ser desde el principio.
El tema, como han expresado los expertos, es que estos cargos –cuyos titulares son designados a dedo– ya no son útiles ni necesarios en la actualidad. Por el contrario, tienden a cruzarse con las funciones de quienes ejercen una autoridad similar al cabo de un proceso electoral. Y se corre el riesgo de que algunos de los nuevos funcionarios caigan en lo mismo que ahora se critica y por lo cual se ha destituido a quienes los precedieron.
En el Congreso existe actualmente un dictamen listo para ser debatido y aprobado en el Pleno que elimina la figura del prefecto. La actual administración quizás debería esperar la decisión del Legislativo para evitar marchas y contramarchas normativas sobre el tema.
No debemos olvidar, asimismo, que –como señala el dictamen– el gobierno de Castillo, desde el Ministerio del Interior, destinó para el 2022 alrededor de 67 millones de soles en mantener a estas autoridades, aunque la cifra real supera los 80 millones. Una duplicación de funciones absurda y costosa, por decir lo menos. Burocracia en su manifestación más gruesa.
Peor que eso aún es que durante la administración anterior los puestos fueron entregados a una gran cantidad de sujetos vinculados al Movadef y a otros organismos de fachada de Sendero Luminoso, aliados de la hueste de Perú Libre y, particularmente, de Pedro Castillo.
En buena hora que este desaguisado en el escalafón estatal comience a llegar a su fin.
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD