Sin embargo, la crisis política expresada en las debilidades del Estado y deficiencias del actual régimen político ya se percibían con anterioridad a la pandemia. Así como la informalidad, la pobreza y desigualdad que anidan al interior de modelos económicos que empiezan a ser reformados a nivel mundial. Tampoco debemos olvidar, salvo excepciones, el poco entusiasmo de la población en los partidos, sus líderes y representantes en el Congreso.