En la escuela también hay mucho trabajo por hacer: la sensibilización, el trabajo en los espacios de tutoría, la creación de espacios seguros, donde los alumnos puedan compartir sus miedos y preocupaciones, y el acompañamiento para que, en caso de darse una situación que afecte la sana convivencia, se puedan asumir acuerdos y compromisos que involucren a los estudiantes, sus familias y la escuela.