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Mariana Alegre: El tráfico nuestro de cada día
“El tráfico no debe ser tratado como un problema en sí mismo sino como la consecuencia de una serie de problemas mucho mayores”.
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Las calles de Lima colapsan y los conductores se ponen cada vez más furiosos. Entre pitazos de las bocinas e insultos a través de las ventanas, algunos se toman el tiempo de subir una foto de su desdicha y compartir su pesar en las redes sociales. Da igual si eres un conductor o un pasajero, si estás en una camioneta o en una combi destartalada o si eres un peatón aterrado queriendo cruzar una calle. Ya sea que estén atrapados en Huachipa, en el Centro de Lima, en la Av. Nicolás Ayllón o en la Javier Prado, el caos de las pistas nos afecta a todos por igual.
El tráfico no debe ser tratado como un problema en sí mismo sino como la consecuencia de una serie de problemas mucho mayores: la ausencia de una adecuada gestión vial, el mal diseño urbano y un deficiente sistema de transporte público. En ese sentido, ningún intento parcial de resolver el tráfico será exitoso y el dinero invertido servirá solo para agudizarlo. ¿Pero qué podemos hacer para dejar de ser tan infelices cuando nos trasladamos por la ciudad?
Esto implica un cambio de enfoque en el que se privilegie al peatón, al ciclista y al usuario del transporte público. Pero los conductores se preguntarán cómo los beneficia eso si las medidas no se centran en ellos. En realidad, una ciudad humana también trae ventajas para los conductores de vehículos privados pues al ordenar los flujos vehiculares –por ejemplo, asignando carriles exclusivos a los buses–, se evitan los conflictos entre ellos. Además, al ofrecer más espacios para peatones y ciclistas, varios viajes que se hacían en auto o bus dejan de hacerse, liberando espacio en las pistas y asientos. Pero, sobre todo, cuando las calles están mejor distribuidas, señalizadas y fiscalizadas, los conductores ganan algo fundamental: fluidez. Y es ahí donde está la clave. Los conductores no necesitan velocidad sino viajes sin nudos en las intersecciones, sin cuellos de botella ni vehículos atravesados en medio del cruce.
Eso sí, el cambio será paulatino y la diferencia no se sentirá cuando se resuelva un cruce pero sigan mal diseñados los siguientes. Por eso, es muy importante que los conductores comprendan de una vez que por su bienestar deben exigir y apoyar las medidas de los alcaldes que buscan ordenar los flujos viales con medidas de gestión y ordenamiento vial. Así, cada vez que esté atrapado en la Javier Prado, estresado y de mal humor, reflexione sobre cómo quiere que sean sus próximos viajes y haga un compromiso consigo mismo para elegir, en las próximas elecciones, al alcalde que prometa soluciones y no by pases que no sirven para nada.
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