Mafias de carteles de droga y terrorismo dirigidas por el gobierno de Venezuela se comieron a PDVSA, la que fue la industria petrolera emblemática del mundo. Esos “personajes” son especialistas en manejar las fichas en el tablero de ajedrez, hilando siempre muy fino. Recientemente hemos sido observadores de una puesta en escena del show PDVSA con el dictador Maduro como personaje central, quien, haciendo alusión a los gángsters de la película El Padrino, denunció las mafias enquistadas en PDVSA. Pero Maduro sabe muy bien, y también su esposa Cilia Flores, que sus sobrinos, en una cárcel en EE.UU. acusados por narcotráfico, forman parte de una mafia, de un cartel de la droga. Y todos ellos, Maduro, Cilia, Diosdado Cabello, militares, todos los que han manejado los hilos de poder en Venezuela en los últimos 18 años, saben que PDVSA ha sido utilizada para lavar dinero de la droga.
En medio de los movimientos de telón, Maduro cambió al presidente de PDVSA, nombró a un militar. Luego la Fiscalía ordenó detener a peces gordos de la estatal petrolera, dos ex presidentes de PDVSA, entre ellos a Rafael Ramírez, zar del petróleo y de muchísimo poder durante la era de Chávez. Pero todo es mentira. Claro que saquearon el patrimonio. Pero todos ellos. Es un show. Es una purga al mejor estilo cubano, pero sin los paredones de Fidel Castro cuando tapó su participación en el narcotráfico fusilando al general Ochoa. Y este show se celebró justo antes de la reunión en Santo Domingo entre representantes de partidos políticos y del régimen. Y todo esto luego de que Maduro se autoproclamó candidato para las elecciones presidenciales de 2018.