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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

"No se trata de un pacto ideológico, sino político", dicen quienes defienden las nuevas juntas del ex congresista moralizador Luis Iberico. No discutiremos la posibilidad de pacto ideológico porque, hace 15 años, Iberico se la juró a la mafia que destruyó la democracia y las instituciones de este país y hoy acepta de muy buen grado su respaldo. Por otro lado, si el fujimorismo tiene alguna ideología, esta consiste únicamente en sacar de la cárcel a su líder delincuente.

En un pacto ideológico cabría esperar coincidencias que –se supone– pasan por alcanzar el poder para servir a la sociedad (¿no?, ¿No?, ¿NO?). El pacto político, en cambio, es pura y exclusivamente conveniencia. ¡Es peor! Ok, pero ¿la conveniencia de quién? De Iberico, de la bancada fujimorista, de la aprista… de todos los enemigos de un gobierno tan mediocre que ni siquiera merecería tener enemigos. El poder sirve para abrigarse y joder al enemigo.

¿Por qué algunos de estos personajes que habitan el Congreso se convirtieron en congresistas? A la luz de las evidencias, de 130, ni siquiera el 10% pensaba en aportar a su país o su región cuando se matriculó en el partido nave nodriza que lo depositó en una curul. Escándalos, suspensiones, viajes proselitistas con dinero público, empleados fantasmas, cupos a sus asesores. Ser político es lucrar de la posición que les da el electorado. Alan, Fujimori, Toledo, Humala, etc.

¿A quién sirve un pacto político? No al elector, porque ese solo importa cuando se le da voz, y eso es únicamente cada cinco años (felizmente para ellos). El pacto político solo beneficia a Iberico y a los dueños del carro al que se está subiendo. ¿Harán algo por el país? No. Puro corto plazo, recontra Marca Perú.