notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

La izquierda, arrinconada por Fujimori y su prensa comprada, denunciaba al dictador y apelaba a los derechos humanos y a la Constitución. Pero hoy, que Nicolás Maduro hace en Venezuela (y antes que él, Chávez) exactamente lo que Fujimori, se hace la loca con el mismo cinismo con el que Montesinos se reía en sus videos; a puerta cerrada. Por su autoatribuida altura moral, a la izquierda le encanta hablar de la democracia y sus principios, pero la democracia no admite que existan perseguidos ni presos políticos, y López y Ledezma, aunque no les guste, lo son.

Entre quienes critican con razón esta feroz incoherencia y condenan a Maduro por sus métodos hay firmes seguidores de Fujimori que llaman "equivocaciones" y "excesos" a la persecución sistemática de opositores y a los asesinatos de La Cantuta o Barrios Altos. También los hay de Alan García, el mismo de Cayara, El Frontón y el 'Baguazo', quien ahora recibe a las esposas de los venezolanos perseguidos y se anuncia como su abogado ad honórem. Muy humanitario él.

Los que llaman a Maduro violador de derechos humanos y libertades civiles –otra vez, con razón– olvidan todos esos derechos y libertades –y hasta aplauden– cuando el Perú firma acuerdos comerciales con Rusia, China o los países árabes donde nada de eso se respeta y hasta se persigue: Turquía acaba de aprobar una ley de "seguridad" que permite a la Policía abrir fuego contra manifestantes, realizar registros e intervenir las comunicaciones sin autorización judicial. ¿Algún celebrador de los TLC para quien la institucionalidad es tan importante dirá algo?

Cuando la disposición a ser leales a los propios principios es inversamente proporcional al tamaño de la billetera que nos pide mirar para otro lado, hablamos de los principios de Marx.

De Groucho Marx.

Corrección: La versión anterior de esta columna señalaba como "perseguidos" o "presos políticos" a Lilian Tintori y Mitzy Capriles, esposas de Leopoldo López y Antonio Ledezma, lo que se prestaba a confusión.