En los últimos años, es recurrente encontrar que los resultados de los logros de aprendizaje de los estudiantes en las escuelas rurales en el Perú siguen siendo muy bajos. Solo el 14% de los estudiantes en zonas rurales logra lo esperado en lectura y matemática, según resultados de la última evaluación del Ministerio de Educación.
Esta situación nos obliga a reflexionar sobre los desafíos pendientes para mejorar la calidad de los aprendizajes de los estudiantes más desfavorecidos de nuestro sistema educativo. A menudo, son olvidados por ser una minoría y no tener suficiente voz para expresar sus necesidades.
Un sistema educativo nacional que no atiende a las poblaciones más vulnerables o minoritarias nunca será de calidad. Por ello, los desafíos de la educación rural deben ser atendidos con prioridad. La oportunidad actual para revertir esta situación es el uso de las nuevas tecnologías, que ofrecen acceso a recursos educativos de calidad, independientemente del lugar donde se encuentren los estudiantes.
¿Qué necesitamos para que este impacto tecnológico llegue a las zonas más desatendidas del país? Son tres componentes clave: infraestructura tecnológica adecuada en las escuelas, programas educativos contextualizados y adaptados a las necesidades específicas de esta población, y, lo más importante, formación continua de los docentes en el uso de estas nuevas metodologías y herramientas.
En regiones donde las distancias y el acceso a recursos de aprendizaje son limitados, las tecnologías digitales tienen el potencial de transformar la educación. Invitamos a todos los actores involucrados a unir esfuerzos para construir un Perú más equitativo e inclusivo.