PPK dice que no se reunirá con miembros del grupo Lava Jato. (César Campos/Perú21)
PPK dice que no se reunirá con miembros del grupo Lava Jato. (César Campos/Perú21)

Cuando llegue julio de 2021, ¿cómo quiere ser recordado Pedro P. Kuczynski? ¿Cuál será su legado? Como la mayoría de políticos que aspiran al máximo cargo público, nuestro popular PPK –cuando candidato– debe haber deseado llegar a Palacio para hacer todas aquellas reformas que creía indispensables. Y si alguien conocía el Perú bien, de sur a norte, de costa a selva, de un sector a otro, era PPK. Pero, claro, una cosa son los deseos como candidato y otra volverlos realidad como presidente. Esto, por cierto, no es culpa (solo) de PPK: ya Moisés Naím (en El fin del poder) ha explicado la gran brecha existente entre el poder que el cargo debería ofrecer y el que realmente ofrece (bastante más limitado, por cierto).

El legado del presidente Kuczynski, como el de otros, será medido en distintos ejes, y dependerá de un trabajo consciente (en cada uno de ellos) si, al final del camino, logra crear un recuerdo que trascienda su quinquenio.

Para empezar, recibió el poder bajo un proceso democrático (el cuarto seguido) y será importante que se entregue en iguales condiciones. Preservar el orden democrático debe ser una de las grandes metas del actual gobierno. Luego está lo económico: PPK recibió una economía enfriada, y lo menos que esperamos los peruanos (por su perfil técnico y experto) es que nos deje en una mejor situación y con expectativas más optimistas que las actuales. Cierto, los precios de los principales productos han mejorado mucho desde su ingreso, pero igual es necesario hacer ciertas reformas que aceleren la recuperación.

Lo cual me lleva al siguiente eje: el programático. ¿Cuáles serán las principales reformas que dejará PPK en el recuerdo? Hasta el momento, no hay una reforma símbolo de la actual gestión, pero aún están a tiempo de implementar algunas; de ser así, ojalá no sean solo económicas, existiendo tantas reformas necesarias en el ámbito social e institucional. Finalmente, está el manejo de crisis, sean estas por actos de corrupción u otros. Y como en casi todo: cada día es un buen día para empezar a trabajar en ello.

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