Es evidente que hay gente desesperada con el escándalo de ‘Chibolín’. Por eso van a hacer lo que sea para que no se destapen todos los chanchullos en los que estuvieron involucrados. Pero recordemos cómo se regocijaban con todos “los beneficios” que les daba ‘Chibolín’ cuando todo era felicidad. Ahora es un apestado y hasta lo niegan a los cuatro vientos, pero para refrescarles la memoria están las redes sociales que viralizan sus videos donde están departiendo de lo lindo.
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Lo lamentable es lo que viene sucediendo con el país, con cada atropello y despropósito que aprueba el Congreso y avala el gobierno de Dina Boluarte, porque la noticia es opacada por el morbo del escándalo de ‘Chibolín’, y se entiende que la cobertura periodística esté buscando los entretelones de esta tragicomedia.
Hay que estar vigilantes para alertar a la opinión pública, porque ‘Chibolín’ tiene mucho que declarar ante la justicia sobre sus relaciones con los políticos, empresarios y periodistas, porque detrás del glamour y las luces psicodélicas de su programa sabatino, hay mucha ropa tendida, que justamente involucra a los casos más sonados de corrupción en el poder.
Por eso, no es de extrañar que algunos periodistas como Phillip Butters hayan pretendido distorsionar la noticia con una supuesta bomba periodística, cuando solo se trataba de un refrito y todavía mal contado, mejor dicho fue una difamación alevosa contra el fiscal Domingo Pérez, sobre un supuesto desbalance patrimonial, cuando ya se tenía los descargos y todas las cuentas calzan; más bien se trataría de una denuncia calumniosa de una acérrima militante aprista, para desprestigiar el trabajo encomiable que realiza el equipo de fiscales que investigan el escándalo Lava Jato.
Lo gracioso es ver cómo se desgañitan los adláteres del fujimorismo para difundir esta noticia falsa y tendenciosa, rasgándose las vestiduras sobre el desbalance patrimonial, cuando justamente ellos tienen tanta ropa tendida sobre este asunto, sino pregunten a Keiko y Fuerza Popular sobre los millones de dólares en campaña o al propio alcalde de Lima que está siendo investigado por la Fiscalía y hasta los dueños de Willax que tienen abierto otro proceso.
Parecería que tienen un fetiche con Gorriti y Domingo Pérez, porque les causa urticaria estos personajes en estos sectores conservadores de derecha extrema, porque inmediatamente salen en tropel para insultar y difamar, teniendo inclusive a la llamada pestilencia como caja de resonancia.