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Junín: Nos olvidamos de Olañeta y del error de Canterac

“Otro aspecto que jamás nos enseñan es que los realistas pierden en Junín más que todo por una pésima decisión de su general hispanofrancés Canterac…’’. 

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Aldo Mariátegui
"Olañeta controlaba al Alto Perú (Bolivia) y era un absolutista (los que mantenían que Fernando VII debía concentrar el poder) frente a los oficiales liberales que rodeaban a La Serna (que creían que el poder real debía repartirse con la Constitución de Cádiz)".
Fecha Actualización

Hoy 6 de agosto nos es feriado por la batalla de Junín. Al margen de que es demencial de que tengamos tantos feriados, es pertinente recordar un par de hechos que no nos cuentan casi nunca. El primero es que los españoles habían perdido la superioridad militar, que el virrey La Serna había tan meritoriamente conseguido desde su base cusqueña, por culpa de la rebelión fratricida del necio general realista Pedro Olañeta.

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Olañeta controlaba al Alto Perú (Bolivia) y era un absolutista (los que mantenían que Fernando VII debía concentrar el poder) frente a los oficiales liberales que rodeaban a La Serna (que creían que el poder real debía repartirse con la Constitución de Cádiz). Olañeta desconoció la autoridad de La Serna (enero de 1824) y dividió así mortalmente al ejército virreinal, haciéndole el juego al hasta entonces más débil Bolívar (que hasta había perdido Lima en febrero de 1924), quien evidentemente le elogiaba y alentaba.

Después de varias desavenencias, La Serna envió a su general Jerónimo Valdés a combatir a Olañeta (junio de 1824), dividiendo y desgastando a sus tan trabajosamente reconstruidas tropas (el virrey desde hacía tiempo que no recibía el menor apoyo desde España). La Serna tuvo que destinar 5 mil irremplazables efectivos para esta campaña, que Valdés tuvo que interrumpir al enterarse del revés en Junín. 
Otro aspecto que jamás nos enseñan es que los realistas pierden en Junín más que todo por una pésima decisión de su general hispanofrancés Canterac antes que por la orden de ataque de Rázuri. Es que Canterac ordenó una acometida a todo galope -la batalla solo fue entre caballerías y a sable- en lugar de avanzar a paso mediano y recién acelerar con todo en el tramo final, para que su choque arrolle a la caballería patriota.

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Casi les arrolla victoriosamente, pero el precio fue quedar con sus animales muy cansados y desperdigados, por lo que el inesperado ataque patriota por la espalda, a consecuencia del desobediente Rázuri, fue tan exitoso.   

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