"La pregunta es ¿cómo se podrá volver a echar a andar el proyecto ahora, en estas circunstancias? El Ministerio de Agricultura y el MEF deberían pronunciarse".
"La pregunta es ¿cómo se podrá volver a echar a andar el proyecto ahora, en estas circunstancias? El Ministerio de Agricultura y el MEF deberían pronunciarse".

La resolución del contrato para desarrollar el proyecto agroindustrial de Majes Siguas II por parte de la concesionaria debe haber caído como un baldazo de agua fría para Arequipa y regiones aledañas.

Y es que las expectativas eran muy grandes. Más de 100,000 puestos de trabajo directos e indirectos en el área de influencia, un impacto significativo en la recaudación de impuestos, que tanta falta le hacen al Estado, y las enormes oportunidades que se generaban para impulsar las agroexportaciones de la región, además de la inversión estimada en 655 millones de dólares.

Al día de hoy, con el proyecto nuevamente bloqueado, esas posibilidades han desaparecido, se han esfumado como un floro que se lo lleva el viento... por lo menos hasta que nuevamente se destraben los trámites, el papeleo inútil y la permisología.

Las autoridades de la región, luego de que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) aprobara la famosa adenda 13 del contrato, con la cual se habilitó el financiamiento, no supieron canalizar la ejecución. Y, muy por el contrario, como si el país estuviese sobrado de capitales y de obras de semejante magnitud, se enfrascaron en peleas absurdas con el concesionario. Interminables observaciones que –para empezar– han desembocado en el rompimiento del contrato y una demanda de arbitraje del Gobierno Regional de Arequipa ante la Cámara de Comercio de Lima por incumplimientos de la empresa.

Según fuentes del sector construcción, el gobierno regional pretendería ahora lavarse las manos por el fracaso (y retraso, otro más) del contrato al no haber cumplido unas de sus principales obligaciones: disponer de personal especializado para la supervisión y habilitar los terrenos expeditivamente.

La pregunta es ¿cómo se podrá volver a echar a andar el proyecto ahora, en estas circunstancias? El Ministerio de Agricultura y el MEF deberían pronunciarse. No tienen responsabilidad directa, claro, pero de lo que se trata es de definir soluciones al embrollo generado. Cuando menos, es su responsabilidad como Gobierno, ya que este incomprensible impasse golpeará no solo la economía de la región, sino la del país entero.