Por fin el pueblo empieza a despertar de este letargo en el que nos habían sumido el desgano y desprecio por la política, que ha facilitado este desmadre político originado por el actual Congreso y avalado por un Gobierno que está llevando al país al garete.
El paro de ayer fue contundente, no solo no hubo servicio público de transporte, sino que se sumaron a la protesta diversos mercados de abastos y poblaciones en su conjunto en Lima Norte. Transportistas, comerciantes del mercado Huamantanga y pobladores de Puente Piedra se encontraron para manifestarse en contra del Gobierno y su incapacidad para enfrentar a la delincuencia junto con este Congreso que promueve leyes para favorecer a los delincuentes.
Lo mismo sucedió en el sector de Jicamarca y el cerro Camote, donde salieron a manifestarse. Ahí surgieron algunos conatos de bronca con la Policía que ahora sí estuvo en la calle con la orden de inamovilidad que decretó el Ejecutivo; así quisiéramos ver a la Policía permanentemente para prevenir los actos delincuenciales, pero ya entendemos cuál es la prioridad que tiene el Gobierno, que está en sintonía con los atropellos que comete el Congreso sin ningún desparpajo.
Si no, veamos lo que acaba de aprobar este Congreso de impresentables. En una clara intromisión para someter al Poder Judicial, aprobó una ley que atenta también contra los derechos fundamentales de todos los peruanos, porque se pretende limitar la labor de los juzgados constitucionales con la modificación del Código Procesal Constitucional; están aniquilando la independencia y separación de poderes en los que se sustenta cualquier país que cree en la democracia.
Ahora, según la infame ley, el Congreso solo necesitaría que 4 magistrados del Tribunal Constitucional voten a favor para imponer sus decisiones arbitrarias en asuntos de demandas competenciales, como la que tiene actualmente el Congreso contra el Poder Judicial que ha amparado los derechos fundamentales de los ciudadanos atropellados por las decisiones arbitrarias de este Congreso.
Por eso tenemos que entender todos que la única manera de sacar a los delincuentes de las calles es, primero, sacando a los que están en el poder y hoy deciden por todos nosotros; es un deber patriótico enfrentar a los malditos de la Plaza Bolívar que tienen la protección y el aval de este desastroso gobierno.