Lenin, líder indiscutido de la revolución rusa, trataba igualmente de explicar su inesperada llegada y permanencia en el poder después de la exitosa revolución de 1917, organizada milimétricamente por otro pilar del comunismo, Leo Dawidowitsch Bronstein, más conocido como Trotsky. Y es que, como el mismísimo Lenin reconociera en escritos dados a conocer después del derrumbe de la Unión Soviética, ni los más radicales bolcheviques tenían una mínima idea de cómo hacer funcionar el conjunto de teorías marxistas y, mucho menos, que fuera posible darle vida a estas en un escenario real en tan corto tiempo.