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Fernando Cáceres: Rico malo, pobre bueno... ¿hasta cuándo?

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Fecha Actualización
En Roma, 'populus' era el conjunto de hombres con capacidad para portar armas y derecho a voto. Los cristianos, siglos después, entendieron el pueblo de Dios sin distinción de razas, género o procedencia.

Luego, en la Revolución francesa, el pueblo empezó a ser la burguesía y el campesinado, unidos para combatir el poder tiránico de reyes y nobles.

Así, hasta el siglo XVIII, la idea de pueblo fue esencialmente inclusiva e integradora. Es en el siglo XX que ideologías como el comunismo y las diversas variantes nacionalistas motivaron un nuevo enfoque y se encargaron de desintegrar al pueblo.

Se vendió el discurso antagónico que conocemos: existe un verdugo, el ciudadano empresario que lucra, y una víctima, el ciudadano del pueblo que sufre. Solo es parte del pueblo el pobre, y pobre es aquel que no gana tanto como los ricos. ¿Cuánto menos? No importa. El truco estaba consumado.

Sobre la base de esta visión social, líderes autoritarios, civiles o militares, nos utilizaron y enfrentaron para ganar poder, agitar conflictos, levantar votos y arrastrarnos hacia una "lucha de clases" que nunca benefició a nadie.

Desde luego, la indiferencia de las élites sociales, la acumulación de poder económico y político, la desigualdad en los ingresos y el limitado acceso a la propiedad cocinaron un caldo de cultivo perfecto para esta trama.

Hoy las cosas son distintas. La reducción de la pobreza y la desigualdad, la creciente movilidad social, las mayores libertades individuales, el acceso a oportunidades generadas por los mercados y una democracia más participativa no dejan ya espacio para nuevas luchas de clase.

Aunque el binomio "rico malo, pobre bueno" pierde fuerza año tras año, aún seguimos viendo en esta campaña presidencial discursos que buscan enfrentarnos, como cuando se insinúa que tener una empresa grande o exitosa es algo contrario al interés del pueblo, o cuando se ofrece "cuidar" los precios de los alimentos para el pueblo.

Es hora de cambiar el chip.

(fernando.caceres@respeto.pe)