Fernando Cáceres: Soy del Congreso y hago lo que quiero

Estimado lector, a continuación, analice bien la siguiente secuencia: 1) Los presidentes de comisiones del Congreso dirigen los pedidos de opinión sobre proyectos de ley (PdL) a quienes comulgan con sus ideas. 2) Nueve de cada 10 PdL no incluyen un análisis costo-beneficio aceptable, que identifique el impacto de la medida en la sociedad (Arias-Schreiber y otros, 2015) 3) Casi el 60% de PdL son ipso facto dispensados de segunda votación en el Pleno del Congreso, sin dar tiempo a una mayor reflexión. ¿Qué sigue? Adivinó: una ciudadanía indignada por una ley que la afecta y que no tuvo ocasión de conocer y discutir antes de que se aprobara. Ejemplos sobran: 'ley Pulpín', Ley de Reforma de las AFP, etc. Si el Congreso no introduce ciertos candados institucionales, a través de su reglamento, para desterrar este tipo de malas prácticas, tan solo alimentará la generalizada opinión de que no nos representa.

Fernando Cáceres@respeto_pe