Hace bien Abusada en recordar ayer en EC que todo este movimiento antiminero se inició años atrás, cuando una falaz campaña sobre que “se iban a acabar los limones para el cebiche” frustró que se abra una mina en Tambogrande. El artífice de esa campaña fue el ahora columnista y entonces publicista Sandro Venturo, que después, muy coherentemente, terminó asesorando a mineras y ahora tiene el cuajo de escribir columnas sobre Tía María. Es decir… Otro que colaboró a que crezcan los antimineros fue el congresista Del Castillo, cuando como premier capituló en Combayo (Yanacocha) ante el entonces cura Arana. Incluso, Del Castillo se pareció mucho al populista Vizcarra actual con esta demagógica frase que soltó en aquel tiempo: “Mucha gente pensó que Cajamarca iba a ser el Waterloo del gobierno de Alan García. Quisieron empujarnos para reprimir al pueblo, y nosotros, que somos el pueblo, no estamos para reprimir”. ¡Jua, jua, jua por esos dos!