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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

alevy@ambiand.com

Marzo y abril, aguas mil o todas caben en un barril. Es un refrán que se repite de generación en generación. Como son las angustias de millones de peruanos –por ejemplo, los arequipeños este año– que una vez más asistimos a un mes de enero de poca agua. Casi nada en algunos valles. De hecho pocas noticias de huaicos en la sierra. Ya sabemos que el Estado Peruano no se va a pronunciar sobre las lluvias. Es increíble –pero no sorprende– que tengamos mes a mes un reporte de El Niño y sus perspectivas, pero no tengamos algo tan importante como un pronunciamiento orgánico sobre las lluvias. En un periodo de verano de lluvias saludables que carguen los ríos, que recarguen las represas, que alivien las angustias de los agricultores y que contribuyan –porque eso hacen– a un mayor PBI; el viento sobre Sudamérica debe tener patrones muy claros de circulación que permiten que todos los días, en toda la sierra, se tengan lluvias. Hoy no los hay. La próxima semana, el actual y severo bloqueo de lluvias andinas empezará a ceder. No obstante, hasta fin de mes no se habrán recuperado los patrones de circulación del viento en Su-damérica que nos acerquen a valores normales de lluvia en la sierra. Échele la culpa al calentamiento del Pacífico Central.