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El zorro de arriba y el zorro de abajo
“Trataré de responder a la pregunta de Aldo, que también veo es una inquietud en las redes, sobre mi candidatura al gobierno regional de Apurímac: ¿por qué con Somos Perú?”.
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El título sugerente alude al orden en la diagramación de esta página del diario, que comparto con Aldo Mariátegui, en el que ustedes pueden contrastar posiciones divergentes y algunas veces consensos, que por cierto, ahora nos hace tanta falta en el país.
No tiene nada que ver con revanchismos, menos con la cháchara de la polarización con la que este gobierno pretende dividirnos. Así que dejo zanjado ese tufillo de victimización para los detractores.
Quisiera precisar que el título hace más referencia a Los Manuscritos de Huarochirí (1608) que, entre sus tantas historias, narra una del encuentro de dos zorros, uno que venía de las alturas y otro del llano y se tratan como hermanos –wayje–, ambos preguntándose sobre la situación de los lugares que venían.
Así que trataré de responder a la pregunta de Aldo, que también veo es una inquietud en las redes, sobre mi candidatura al gobierno regional de Apurímac: ¿por qué con Somos Perú?
Lo primero es que es un acuerdo regional, fruto de una invitación al movimiento regional que lidero –Fuerza Campesina– para poder consolidar una propuesta conjunta; porque la elección se gana en segunda vuelta y es mejor ir haciendo alianzas con antelación.
Las reglas electorales no te permiten ir con un movimiento regional si haces una alianza con un partido nacional; al contrario, la alternativa es que te absorba y en este caso sacrificamos nuestro movimiento para tentar ganar las regionales. Estas elecciones son muy disputadas y distintas al tema nacional, requiere el respaldo de las candidaturas municipales –87 en Apurímac– para tener mayores opciones; la alianza te permite lograr esta meta.
Ahora, lo más importante de mi decisión es porque Apurímac desde este año tendrá canon minero. Se proyecta mil millones de soles anuales y es una gran oportunidad para su desarrollo y no quisiera que se convierta en Áncash (sí, la región de la “bestia” Álvarez). Por eso apostamos por mi tierra, desechando inclusive una propuesta muy consistente para ir a la Alcaldía de Lima.
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