PUBLICIDAD
El Lagarto de Spiderman
“Es tarea de nosotros, como ciudadanos, no esperar a que los villanos crucen un punto de no retorno para juzgarlos”.
Imagen
Fecha Actualización
Esta semana, los jóvenes actores que protagonizan las nuevas sagas de Spiderman trolearon a todos sus fans con el posible nombre de la tercera entrega. Esta será la octava película en los últimos 20 años. Por ello, empecé a repasar mentalmente las películas de Spiderman: sus historias, sus personajes y finalmente sus enemigos.
Todos los villanos que hemos visto en estas entregas tienen un origen similar. Son personas que no nacieron malvadas, sino que se fueron contagiando poco a poco como si la brújula moral defectuosa fuera una enfermedad degenerativa que va devorando al enfermo hasta no dejar rastro de él ni de sus virtudes originales. El poder que obtuvieron dejó de ser el medio para lograr sus fines y se convirtió en un fin en sí mismo.
Uno de esos villanos tiene un sobrenombre peculiar. Se trata de un científico que, buscando regenerar una de sus extremidades perdidas, experimenta con ADN de reptil. Este denominativo ha resonado por coincidencia en las últimas semanas para referirse a un personaje de nuestro medio local. Me refiero a nada menos que “El Lagarto”.
En todas sus batallas, Spiderman siempre trata de salvar al villano. Cree que puede rescatar a la persona original, a ese en quien confió, de quién aprendió y hasta que defendió. Es solo al final, cuando el villano cruza el punto de no retorno con un acto de vil maldad imperdonable, que Spiderman reconoce que no puede salvarlo.
En la vida real no existen personas con superpoderes. Las historietas usan estas características superlativas para resaltar las virtudes o los defectos de los humanos. Los villanos que enfrentamos tienen una apariencia como cualquier otro, lo cual hace más difícil para los demás identificarlos.
Estos villanos difícilmente nacen con características siniestras. Todos creen estar enrumbados a un futuro mejor y que su camino es el único que logrará llegar al destino. Todos esos villanos están convencidos de que sus acciones son realizadas con las mejores intenciones, pero las peores tragedias de la humanidad se han hecho con las mejores intenciones. No es excusa.
Es tarea de nosotros, como ciudadanos responsables, no esperar a que esos villanos crucen un punto de no retorno para juzgarlos. Esta es nuestra vida, nuestro país. No una historieta.
VIDEO RECOMENDADO
PUBLICIDAD
ULTIMAS NOTICIAS
Imagen
Imagen
Imagen
PUBLICIDAD