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El anexo y la interpelación
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El presupuesto para el 2021 ya está listo y la ministra Alva lo sustentará el miércoles en la comisión de presupuesto. El viernes volverá al Congreso, esta vez ante el Pleno, pero ya no para hablar del presupuesto, sino para responder una interpelación a dos tiempos, en lo que será una sesión prolongada hasta el lunes.
Como en política pocas cosas son casualidad, no es coincidencia que el presupuesto público se debata casi en simultáneo a esas interpelaciones y posible censura. Y, si lo es, esta coincidencia es una oportunidad para que los legisladores intenten comerciar votos salvadores a cambio de ajustes presupuestales, sobre todo en el anexo que contiene el detalle de obras priorizadas que serán financiadas por el gobierno central. La ministra Alva ya puso el parche en este punto, pero vamos a ver qué hacen con él los legisladores, donde el telón de fondo es una interpelación en donde Alva responderá básicamente por todo el gobierno.
Por años, los congresistas han utilizado el anexo en mención para incluir la cancha de fútbol, el puente o las obras que ni estaban priorizadas en el presupuesto anual ni fueron debatidas por los legisladores. Por eso es que tantos congresistas buscan estar en la comisión de presupuesto. De ahí surge el “mito del Anexo 5”, que de mito tiene muy poco. Es la forma cómo los legisladores han logrado direccionar recursos públicos a pesar de que no cuentan con iniciativa de gasto, en lo que la Fiscalía y Contraloría han considerado una forma de sacarle la vuelta a la ley.
Es evidente que los legisladores ven en la ministra Alva la forma más efectiva de golpear a Vizcarra. Pero más allá de las disputas políticas maximalistas, donde De Soto cree que Alva es una operadora de Patria Roja, mientras en la izquierda se la ve como alfil de la Confiep, sería un error censurarla cuando no es momento de borrón y cuenta nueva.
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