Sobre rieles

El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, se estrenó con una serie de anuncios para los primeros 100 días de gestión, pero lo que ha marcado la polémica es el tema de los peajes.

En principio, dio marcha atrás con una de sus promesas electorales más sonadas: la eliminación de los peajes (porque eran “producto de la corrupción”, decía). Dando un giro de 90 grados, ha anunciado, más bien, que buscará renegociarlos con las concesionarias.

La promesa era irresponsable, pues, a decir verdad, se trata de un asunto complejo y ciertamente controversial. Aquí no se puede andar con populismos ni gestos toreros para la tribuna: el Estado peruano ya ha perdido dos arbitrajes internacionales sobre lo mismo. Así que en buena hora que su propuesta inicial comience a pisar tierra.

Lo mejor es que el alcalde y su equipo se sienten a dialogar con las empresas contratistas para encontrar una solución al cobro de tasas tan elevadas por el uso de las vías terrestres, que con justa razón cuestionan y protestan los ciudadanos, pero, al existir contratos firmados –durante gestiones anteriores–, estos se tienen que respetar.

Antes de patear el tablero se pueden explorar otras alternativas. De hecho, será un hueso duro de roer, pero el Perú tampoco puede arriesgarse a recibir una sanción internacional de los organismos internacionales.

Mientras tanto, vale la pena resaltar algunas iniciativas interesantes, entre ellas, también respecto al transporte público, la habilitación de un tren de pasajeros entre Chosica y el Callao, que aliviaría el tránsito en una zona tan crítica como la que cubre la Carretera Central. Y de paso aligeraría la carga de la Línea 2 del Metro de Lima.

López Aliaga cuenta con experiencia empresarial en el rubro ferroviario, así que se puede tomar en serio la propuesta, pues beneficiaría diariamente a casi un millón de ciudadanos que mejorarían su calidad de vida.

Valiosas, asimismo, las ideas de alquilar 10 mil motos para el Serenazgo, con el objetivo de combatir la inseguridad ciudadana en la capital y dotar de tanques de agua a las zonas altas de los poblados cerros que rodean Lima Metropolitana.

Proyectos ambiciosos, sin duda, que, de concretarse, dejarían una huella duradera en la vida de los limeños. Esperamos que así sea.