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La diosa Lisa
“Si a los congresistas del Apra y Fuerza Popular les interesara, realmente, vigilar la inversión que las entidades estatales hacen en publicidad, hubieran propuesto que se revise y regule ese presupuesto”.
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En tiempos remotos, los seguidores de los congresistas Mulder y Galarreta habrían sido contritos devotos de la diosa griega Lisa, la personificación de la ira frenética y la furia en la mitología.
En los últimos días, a través de las redes sociales, los partidarios de Mulder y Galarreta han insultado y calumniado, no solo a periodistas, sino también a quien se atreva a mostrar alguna discrepancia con sus dirigentes.
Para justificar la aprobación de su inconstitucional ley contra la prensa, estos políticos les mintieron a sus partidarios, les dijeron que los periodistas vivimos de los dineros del Estado y que los medios en los que trabajamos dependen, únicamente, de la publicidad que contrata el Ejecutivo.
Lo que, en cambio, nunca les han dicho es que, entre 2001 y 2018, el presupuesto del Congreso ha significado para el erario nacional poco más de seis mil novecientos noventa millones de soles (6,990’807,924.00).
Que en los cinco años que dura el mandato de uno de ellos, el Estado le paga 1’627,000.00 soles, porque ellos cobran 15 sueldos al año más gastos de representación.
Que se hacen pagar, de las arcas del erario, seguros privados que en cada lustro significan un gasto extra para el Estado de 17’524,000.00 soles.
Que cobran por instalarse en sus oficinas cada vez que se renueva el Congreso y que a los que están en la Mesa Directiva, como ocurre ahora con Mulder y Galarreta, el dinero público cubre su gasolina y el pool de automóviles que utilizan: según el portal de Transparencia del Congreso, en los meses de enero y febrero de este año, los integrantes de la Mesa Directiva se gastaron 58,591 soles solo en gasolina.
Y a esto hay que sumarle lo que cuestan sus asesores, sus asistentes, sus choferes y sus guardaespaldas: el portal de Transparencia infiere que este gasto implica 492,730 soles al año por cada despacho congresal.
El congresista Mulder, por ejemplo, está en el Congreso desde 2001, por lo que hasta el momento el Estado peruano le ha pagado más de cinco millones de soles (5’000,000.00).
Galarreta, en cambio, llegó al Congreso en 2006, por lo que el Estado le ha otorgado ya más de cuatro millones soles (4’000,000.00). Sin contar lo que viene costando su personal.
¿El Estado les paga a los congresistas en proporción a su eficiencia? ¿Qué aportes le han otorgado al país Mulder y Galarreta? ¿Sus aportes valen esa cantidad de millones de soles?
Sería demagógico proponer que los congresistas trabajen ad honorem. Tan absurdo como pretender que un medio privado publique publicidad de manera gratuita.
Si a los congresistas del Apra y Fuerza Popular les interesara, realmente, vigilar la inversión que las entidades estatales hacen en publicidad, hubieran propuesto que se revise y regule ese presupuesto. O, como nosotros lo sugerimos (El Comercio 22/11/17), se establezca un tope para que ningún medio dependa primordialmente de los fondos del Estado.
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