Alberto Fujimori debe responder por delitos cometidos cuando ejercía el poder, según la resolución.
Alberto Fujimori debe responder por delitos cometidos cuando ejercía el poder, según la resolución.

No son pocos en el fujimorismo y sus satélites los que dicen creer que el enfoque de género es fruto de una modernidad libertina y parte de una estrategia del marxismo cultural que busca destruir los valores tradicionales para construir una sociedad sin alma. Ese es finalmente el rollo “profamilia”. Pero resulta que el enfoque de género estuvo presente como discurso y política pública en el Perú desde los noventa, como lo recuerda en un buen ejercicio de memoria la periodista Josefina Miró Quesada ayer en El Comercio.

“El 50% de la población no debe seguir siendo excluida en el mundo”, fue lo que dijo Alberto Fujimori el 13 de setiembre de 1995 en Beijing durante la Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer de las Naciones Unidas, donde fue el único presidente hombre en asistir. Ahí también anunció que daba su respaldo al movimiento de mujeres a nivel mundial. En 1996 se creó el Ministerio de la Mujer y se instaló por primera vez la Comisión de la Mujer en el Congreso. También se modificó la Ley de Violencia Doméstica, luego se aprobó la Ley de Cuotas para garantizar la participación de las mujeres en política y se eligió a la primera presidente del Congreso.

En materia educativa, el enfoque de género fue incorporado en 1996 en las guías de educación sexual del Minedu con información que en tiempos de Con Mis Hijos No Te Metas despertaría un ataque de nervios a los Tubino y Arimborgo del Congreso.

La contradicción entre ese discurso y las políticas que atentaban contra la autonomía de las mujeres, como las esterilizaciones forzadas, evidencia la falta de coherencia ideológica de la que el fujimorismo adoleció desde siempre. Pero, además, coloca en perspectiva el innecesario escándalo que hacen ahora por un asunto como el enfoque de género que ellos mismos impulsaron el siglo pasado.