(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

Aunque la pandemia provocada por el coronavirus no distingue entre países con diferentes regímenes político-sociales, de varios lados se mal aprovecha el temor amenazante de su globalización. Así, Mario Vargas Llosa, nuestro Premio Nobel de Literatura, hace unos días le echó la culpa a la “dictadura comunista” en China por no haberlo sabido controlar. Aunque no oficialmente, se corrió la versión en China de que el virus fue traído por los militares de USA que participaron en los ejercicios conjuntos en la provincia donde después se descubrió la presencia del virus. También, Donald Trump calificó al coronavirus como el “virus chino”.

En nuestro país se abrió una polémica soterrada entre quienes critican las radicales medidas tomadas por el Gobierno por afectar a la “economía libre de mercado” y, en particular, la situación difícil en que se encuentran los sectores productivos, del turismo y transporte. Aunque otros critican la desigualdad, la falta de solidaridad con la población más damnificada, la debilidad del Estado en alejadas zonas y la poca inversión en el sistema público de salud. Los primeros también consideran que los propietarios y empresarios gozan del derecho de la propiedad privada y la libertad de subir los precios conforme aumenta la demanda. En cambio, los segundos consideran que, cuando existe una situación en donde está en juego la vida de otros peruanos, por un elemental sentido patriótico, es imperativo que los dueños de los negocios no utilicen la enfermedad o el dolor de los que sufren para ganar más dinero.

Dejando de lado esta polémica, la gran mayoría reconoce que el gobierno ha aplicado decisiones correctas, solo los necios las critican. La población aplaude a los médicos, enfermeras, trabajadores de la salud y miembros de las FF.AA. y la PNP. Renace “Contigo Perú”.