Claudia Cooper: Reforma laboral: ¿Imposible político?

El frenazo político de la 'ley Pulpín' reforzó la sensación de que, en el Perú, cualquier iniciativa que intente viabilizar la formalización es un imposible político. Y es que, en una sociedad desconfiada, cualquier promesa de cambio, por más favorable que pretenda ser para las mayorías, activa la percepción de pérdida de derechos. Así, cualquier esfuerzo para acompañar a las empresas en su crecimiento (y no limitarlo) debe dar al buen empresario la chance de adaptarse a los sinuosos vaivenes del ciclo económico. Y, dado que la fase expansiva del ciclo suele generar la capacidad financiera para contratar, la rigidez laboral hace imposible enfrentar la reversión de ciclo. Cuidar la salud financiera implica minimizar la contratación de calidad. Por ello, la discusión laboral debería centrarse en cómo enfrentar ese costo de despido, sin restar al trabajador los derechos que ya tiene. La tarea es difícil.