Claudia Cooper: Notas sobre la economía global

Para el FMI, según su último reporte económico, fuerzas complejas afectaron la actividad mundial. Algunas de tendencia estructural, como el envejecimiento de la población; otras que constituyen shocks globales, como la caída del precio del petróleo; y, finalmente, aquellas de alcance regional, como vaivenes cambiarios gatillados por volubles políticas monetarias.

En algunas economías avanzadas, la expansión monetaria se mantiene esencial para apoyar el crecimiento y anclar las expectativas inflacionarias. En las economías emergentes, si bien hay espacio para aplicar políticas contracíclicas, este es limitado para algunas de ellas. Pero existe un importante caso para acrecentar la inversión en infraestructura e implementar reformas estructurales para encarar los legados de la crisis internacional y animar el producto potencial.

A pesar de que el crecimiento chino estuvo en línea con lo esperado, la inversión se redujo en la segunda mitad del 2014, reflejando la corrección inmobiliaria. Esta desaceleración y su relación con la caída del precio de los commodities debilitaron a los países exportadores de materias primas y a los socios comerciales del país asiático. Así, el crecimiento de la región latinoamericana fue modesto y tuvo una caída por cuarto año consecutivo, reflejando la debilidad de Brasil y México, las dos principales economías de la región.

En este difícil entorno, el Perú enfrenta retos como cualquier economía exportadora de recursos naturales, pero cuenta con potencial de seguir creciendo en un ambiente político social que continúa favoreciendo la inversión privada, enmarcado por una saludable estructura de destacadas políticas públicas.

Así, el informe concluye que este año la economía mundial finalizaría con un modesto crecimiento de 3.5%, donde sería evidente el repunte de las economías avanzadas. A pesar de ello, el mundo emergente continuaría explicando la mayor parte del crecimiento.