Claudia Cooper: Inclusión = Crecimiento en la productividad

En las reuniones de FMI y el Banco Mundial se trató extensamente el tema de la igualdad. Interesante fue el debate entre Richard Webb y Santiago Levi sobre las prioridades que deben atenderse para lograr un crecimiento inclusivo.

Para Richard Webb, la reciente experiencia peruana demostraba el enorme impacto de la pequeña inversión en infraestructura tanto pública como privada (caminos y electrificación, comunicaciones y penetración del sistema financiero) y con ello la importancia de continuar con el esfuerzo de incrementar la productividad de los pequeños agricultores o empresarios más pobres del país, principalmente pequeños productores agropecuarios ubicados en las zonas alejadas.

Santiago Levi, por otro lado, sostiene que la inclusión más efectiva es la laboral y que la formalización era la clave para brindar a las personas el acceso a los servicios y beneficios básicos, a los que sí accede el segmento más alto de la pirámide poblacional, a lo largo de todo su ciclo de vida (acceso a vacaciones, seguro de salud y una vejez digna). Es interesante el debate, ya que más que alternativas para el desarrollo inclusivo, ambas posiciones son complementarias y vitales para hacer del Perú un país económica y políticamente sostenible en el largo plazo.

La tesis de Webb busca incorporar a los más vulnerables, mientras que la de Levi es condición necesaria para incrementar la productividad laboral y sacar al Perú de la trampa del país de mediano ingreso. Hemos avanzado pues (aunque aún falta mucho) en la primera, mientras que el camino hacia la formalización no se ha iniciado todavía de manera directa. Si bien la reforma educativa y las líneas de acción que vienen implementándose en el contexto de la diversificación productiva, llevada a cabo por el gobierno, apuntan en esa dirección, lo hacen de forma indirecta. No tenemos aún un plan económico y político para iniciar el camino directo hacia la inclusión laboral.