Al mismo tiempo, los pasajeros reclaman más frecuencia, más predictibilidad, más rapidez, más cobertura en el servicio y varios de estos atributos no pueden ser ofrecidos por los operadores en las condiciones actuales. Miremos, por ejemplo, la programación de los circuitos y horarios. Esto se encuentra bajo la competencia de la ATU y esta ha decidido que haya una pausa del bus al finalizar la ruta. Es decir, a pesar de la necesidad, tenemos buses parados por muchas horas sin prestar el servicio. Esto, por supuesto, impacta en la calidad del mismo y perjudica a los pasajeros.