"Estoy segura de que (casi) todos queremos lo mismo. Solo nos queda descifrar cómo lograrlo", señala la columnista.
"Estoy segura de que (casi) todos queremos lo mismo. Solo nos queda descifrar cómo lograrlo", señala la columnista.

En este contexto electoral, no sorprende que la polarización sea tan extrema, como lo ha sido siempre la desigualdad en la que vivimos. Lo que sí sorprende es que, a pesar de que la pandemia nos demostró lo difícil que es para la mayoría de personas quedarse en casa en las condiciones actuales, muchos peruanos aún no terminan de entender que el gran problema no se encuentra en tu opción política, sino en tu propia ignorancia sobre la sociedad en la que habitas.

A pesar del crecimiento económico prepandemia, nuestro país y nuestras ciudades no prosperaban por igual. Sí, quizá tú estés ubicado en el grupo privilegiado, pero son más los que no. Sí, quizá tu comodidad actual se te hizo costumbre, a tal punto que olvidaste mirar más allá de tu pared. Nuestro país, a pesar de algunos rendimientos económicos positivos, no estaba encaminado en la dirección del progreso social. El bienestar se entiende solo como consecuencia del modelo económico y no como un fin en sí mismo. ¿Es esto lo que queremos? ¿Un país dividido entre los unos y los otros, entre los que tienen y los que no, y entre “los míos” y “los que no me importan”?

Hoy no escribo como urbanista, y mucho menos como analista política, pues no lo soy —de esos hay muchos, para todos los gustos y posiciones—. Solo escribo como una ciudadana común y corriente que quiere un mejor país para los peruanos; un país donde no haya hambre, donde podamos disminuir las vulnerabilidades, donde no haya violencia, donde no mueran nuestros amigos y familiares esperando por camas UCI o correteando para buscar el oxígeno que ni siquiera podemos pagar. Estoy segura de que (casi) todos queremos lo mismo. Solo nos queda descifrar cómo lograrlo.

Quizá podamos encontrar las maneras para unirnos para defender aquellos valores que compartimos: la democracia, los derechos humanos, la libertad y la igualdad. Y para luchar contra aquellos monstruos que nos atacan: la corrupción, la impunidad, la violencia y los caraduras que quieren sacar provecho individual a costa del resto. Vengan de donde vengan.

Quizá mañana, ojalá, podamos ser aquello que nuestro país necesita: una gran resistencia unida por los valores y la idea de un mejor país. Una resistencia no solo política o contra los malos políticos, sino —sobre todo— una resistencia contra eso que nos mata como sociedad: la indiferencia y la desigualdad. Cada quien desde su lugar, cumpliendo su rol. El mío es impulsar ciudades y territorios más justos, y eso solo se logra en mancha… entonces, quizá luego de haber emitido tu voto, puedas pensar en cuál es tu lugar y cuál es tu mancha.

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Antonio Pratto - Integrante de comando Vacuna